- Cuando es levantada, la gatita de inmediato lleva el rostro hasta el cuello de su esposo y lo comienza a olfatear.-
Hueles a gatito húmedo. ~
- Bromeó, sabía lo mucho que le disgustada a su pareja ese "apodo", luego, después de reír muy divertida lo miró a los ojos, notando como el rojizo atardecer le pintaba los celestes orbes.-
Nadie nos está mirando... Estamos solo tú y yo... Ah~ y estas flores. ~

-No creyó que ella le fuera a jalar, si bien no cae de manera estrepitosa, si que termina por entrar al agua, frunce un poco el ceño porque no planeaba mojar aquella ropa, pero ya que, ya se encontraba ahí.
Sus manos tomaron la cintura de la azabache, la levanta un poco y atrae para apegarla contra él.-
¿Quieres que reclame lo que es mio? ¿Aquí mismo?

Ella posa las manos en cada pierna de su pareja y así se pega mucho a él, seguía mirándolo con atención en espera a su respuesta y una vez que lo escuchó, susurró.
– Entonces... Ven y reclama lo que es tuyo.—
Tomo con fuerza el borde del cinto negro y jaló en dirección hacia ella, atrayendo o más bien intentando atraerlo para que caiga al agua.

-Le sigue con la mirada, especialmente el rostro, hasta que la tiene del todo cerca. Decide sentarse en aquella orilla, dejando las piernas colgando a cada lado de ella.- Claro, la quiero, me gusta mucho mas que una flor, no importa que huela a lluvia.

Las orejas de la gatita se movieron al contacto de la flor sobre su cabeza, no se espero aquella acción, pero le mostró una suave sonrisa. — ¿Seguro? Esta algo mojada y huele a lluvia ¿Aún así la quieres?—
Nado un poco, acercándose al borde de la orilla para poder verlo mejor.

-No se metió al agua, simplemente se acercó y agachó en la orilla, mirando fijamente a la mujer que hacía entrega de aquella flor mojada. La tomó con algo de cuidado, cosa que se le dificultaba y siempre terminó maltratando la flor.
Miró esta por algunos segundos y después la regresó para ponerla sobre la cabeza de ella.- Quiero lo que está debajo de la flor, es mejor.