-ciertamente se veía algo imponente la mujer armada, no sabia mucho de sus habilidades con ellas y menos de las propias, sabia que era una demonio, pero solo conocía dos demonios en toda su vida. Pudo notar el tono rosado que quedo en el suelo, no sabia en realidad lo que era, así que no trato de darle importancia. Comenzó a caminar en dirección a la pelinegra, justo donde estaba aquella colina donde ella se había colocado-

primera lección de casa, las colinas son buenas, pero solo si hay algo en donde ocultarte, aun si es un buen lugar para ver en donde se encuentra la presa, la presa también podrá verte

-sabia perfectamente que ella lo había hecho para que el pudiera verla, pero aun así lo decía para tratar de compartirle los conocimientos que había adquirido a lo largo de haber vivido con su manada-

ya tienes una idea de que quieres cazar?

-cuestionó a la pelinegra, tratando de olfatear para buscar algún rastro de alguna presa que ambos pudieran darle caza-