— Jamás te engañaría cielo, ni muerto podría estar con otra persona.- Eso lo respondió bien en serio, ni puede ni quiere. — Entonces trabajaré en ello.-

──Mira, mientras no me engañes y no te hagas daño puedes hacer lo que quieras. Yo te acompañaré, cuidaré y protegeré.-

Se quedó en silencio unos segundos y terminó suspirando para abrazar la cintura ajena ocultándose un poco ahí mismo. — ¿No tienes miedo de que dejara de ser yo si comenzase a portarme un poco más imperfecto?- Sabe que le gustan aua imperfecciones.. lo tiene claro. Pero preguntaba algo diferente, por el tema de buscar ser un poco menos perfecto y encontrar algo que no debería. — No me gustaría que dejaras de amarme, cariño. Quiero todo lo contrario.-

──Es que no sabría cómo hacerlo.- Apartó su mirada del libro y la fijó en su querido esposo.
──Es decir yo amo tus imperfecciones de hecho me encantan. Te diría que si fueras más imperfecto te amaría incluso más. Creo que lo que hace especial a una persona es eso. Sus torpezas, metidas de pata, y todo eso. -

— Sí, frustra un poco.- Hubo un pequeño silencio, es algo que había pensado pero son tantos años... Hubo silencio un pequeño momento y antes de que hablara de nuevo, él habló otra vez. — Me gustaría que me ayudaras a cambiar ese hábito de mi.. ¿podrías?- Está pidiéndole directamente la ayuda esta vez, no ningún consejo ni nada.

──A que a veces eres muy perfeccionista ¿No te frustra buscar algo que no existe cariño?-

— ¿Mmh? ¿A qué te refieres vida mía?- Preguntó claramente por aquella última parte, llevando su mirada hasta el rostro ajeno.

──Tu siempre buscándole el pelo al huevo.- La mujer pasó pagina del libro que ojeaba en silencio. Negó algunas veces mientras pensaba "Que hombre tan complicado resultó ser" y a la par agradecía su auto perfeccionismo. Era algo que le produce un avance concreto, contundente y duradero.
──No puedo decir que no te compliques tanto la vida, tú vives de eso Merlín. - Que le habrá querido decir.

Se despegó del espejo y se acercó a ella para sentarse a su lado, ahí en el sofá. — Tienes razón, no me sirve de mucho... Pero, lo tendré en cuenta por si debo salir y que debas ayudarme.- Terminó echándose en el mueble, apoyando su cabeza sobre el regazo de ella sonriendo con cierta picardía. — Yo también sé hacerlo mi amor, pero hasta ahora no había querido ocultarlas.- Pero tiene el presentimiento de que debe hacerlo. — Y al acumularse ahí gran parte de mi magia, es complicado que quede perfecto.- Porque sino está perfecto a Merlin no le sirve, es perfeccionista.

── Para ayudarte...- Como estaba sentada allí y tenía un pequeño bolso a su lado buscó dentro de éste un pequeño libro de lectura y sus lentes.
──La verdad pensaba que si querías esconderlos podría hacer yo la ilusión. Pero tú quieres aprender eso, por eso no te dije nada. Pero para que lo tengas en cuenta yo si se ocultar cosas con ilusiones.- abrió el libro tranquilamente y buscó la pagina en la quebse quedó hace unos días.