@Grand Arbiter Arcturus I: -No dijo mas, y gateo a lado de el,moviendo sus caderas y arqueando su espalda a cada paso que su esposo daba,hasta perderse con el en la habitación de ambos, donde se amarían una vez mas de esa forma única y enferma-
[code]Tiró de tu correa, obligándote a exhibirte un poco, por fortuna, los pliegues de su capa y salientes de su armadura, seguían cubriéndote de una forma estratégica y casi “fortuita” sabiendo donde ocultar la belleza de tu desnudez, que solo tu esposo podía contemplar, al fin, al acomodarte en cuatro a su lado, como su fiel mascota, te condujo hacia su habitación, quería disfrutar de la delicias únicas e tu cuerpo en privado.[/code]
@Grand Arbiter Arcturus I: -dejo de lamerle la mano para seguir frotando su bello rostro en la pierna de su amo por unos segundos mas, luego rodearía esta meneando su trasero de lado a lado para meterse en medio de ambas piernas y quedar ahí hincada esperando a seguir sus mas bajos deseos-
[code]Movía los dedos sobre tu lengua, permitiéndote sentir el grueso de sus enormes garras, a veces, acariciando tu bello rostro, tu delicada faz, otras, paseándose por tu cabello, empapando cada falange con el brillo de tus caricias labiales, enredándose con tu travieso apéndice, apegando más su pierna a ti, le encantaba que tu cuerpo se frotara contra su figura, así sentía ese calor que solo tú, su esposa, le dabas.[/code]
@Grand Arbiter Arcturus I: -Se quedo en cuatro elevando su trasero y arqueando su espalda,luego se hinco para abrazar la ancha pierna de su amo de manera aprensiva, segundos después comenzó a frotar su rostro en esta de manera melosa-
Me gusta darle placer y obedecerle mi señor-
-musito y empezó a lamer la mano de Arcturus cual minina fiel-
[code]Intercepto entonces tu mirada, quedándose pasmado en ella, cambiando su pulcra falange, con el barniz de tu dulce lid, a un tono más amable, al tomar tu mentón y alzar tu rostro, luego, bajar el su faz clareada, para frotar ambas caras en ese beso tierno que solía darte. [/code] —Luces muy hermosa así, hecha a la medida de mis gustos más perversos
[code]Sus ojos resplandecieron en cada palabra, tiró de tu correa en el justo instante que se levantaba, quedando de pie, imponente y reacio, el gran arbiter, ese gigante psionico que no dudo en acomodarte en cuatro a su lado, permitiéndote abrazarte de su pierna, casi expectante, calculando cada movimiento con una virtud macabra de la espera de algo[/code]
-chupo la punta de su falange con esmero en los primeros segundos, luego pesco todo para meterselo hasta el fondo, saboreandoselo cual caramelo,permaneciendo con sus ojos cerrados, los cuales después abrió para mirarlo a los ojos sumisamente en lo que su esposo movía su dedo de lado a lado sobre los delgados labios de la joven , dejándolos brillantes a su paso de su misma saliva,que era tanta que se derramaba en lineas sobre su mentón-
[code]Extendió su garra hacia tus labios, brindándote su dedo, no te permitía aun incorporarte, pero si, te ofrecía la venia de su terrible digito, su falange que era ofrendada a tus labios para que la besaras, para que la complacieras, a medida que observaba hacia el panorama vacío, como si contemplara un “algo” una escena que solo el gran arbitro podía entender, aunque nada hubiese más que el flujo de madera de aquella ostentosa habitación, y solo la pareja, los esposos que se adoraban de esa forma tan enferma, cercanos al enorme trono donde el orgulloso caminante de planos, descansaba.
Paseó sus dedo de comisura a comisura en tus labios, enseguida, giró su faz, devolviéndote la atención, saliendo de ese ensimismamiento peculiar, y, simplemente, contemplándote con cierta nostalgia. [/code] —Te amo…
-poso ambas manos en cada una de las imponentes rodillas de su amo,lucían pequeñas encima de estas,luego subía la mirada para verlo nuevamente a los ojos,sintiendo al mismo tiempo su gran mano pasar por su cabeza,esa mano que si bien quería podía aplastarla-
Yo solo quiero adorarte ...!-
-Dijo y no se movió más,estaba bien sometida y con el cuerpo erguirlo,ya que sentía la fuerza en el cuello de cómo este tenía tensa la correa para que se quedara la mujer firme en esa posición-
[code]Te colocó a su lado, abrazándote con solo uno de esos potentes troncos que tenía cual zarpa, aun ocultando tu preciosa desnudez con sus caricias, más sin apartarte de la sumisa posición en la que disfrutaba tenerte, moviendo la correa en tu cuello a su placer, jalándola, tirando de ella, para provocarte un roce contra el cuerpo de tu esposo, quien frotaba a su vez, tu espalda desnuda, hasta bajarte y dejarte a sus pies, acodillada y recargada en su regazo, como la dulce sumisa que eras para él.[/code]
Luces tan hermosa así, amada mía
[code]Acaricio tus cabellos, frotándolos suavemente, sin duda, habías sido domesticada por completo.[/code]
