A veces rondaba por allí, pasaba horas descalzo e indagando en el paisaje. Ese día caluroso no era la excepción, Meraxes estaba jugando con los peces de colores que vivian en aquél pequeño lago. —¿Tienen hambre he? Debe ser difícil comer bien en esa charca. — Metía su dedo en el agua y los animales estaban atentos a si arrojaba algo de alimento.
Supone que el no tener nada mejor que hacer es un motivo, pero no va a decirlo. Eso al menor no le interesa ahora. — No. No siempre hay motivos concretos.-
— Nunca busqué ocultar que me gustase molestarte.- Alzó un poco sus hombros. — ¿Por qué debería odiarte? Si lo hiciera, no perdería mi tiempo contigo o te habría comido cuando eras más pequeño.- Pensó en hacerlo, pero esa idea se le fue un día.
-A veces viejo pareces tú el adolescente ¿Por que tú afán de molestarme o buscar hacerlo? Crees...- Cerró los ojos un momento. -¿Crees que no me doy cuenta que disfrutas hacerlo? Pero, no comprendo los motivos. - Meraxes no entiende que hay de divertido en irritar a otros solo por que sí. -Dime viejo... ¿Me odias? -
