━ Lo son, tienen un orgullo elevado. Pienso que, eso puede condenarlos en algún momento.
Entonces libera una pequeña risa, ¿un dragón mencionando la perdición de sus iguales? No podía negarse, basándose en hechos y diversas verdades era algo que ni siquiera ella pudiera negar. Sintió comodidad, le resultaba agradable en cierta manera como los dedos trataban a la piel, mas también podía se sentía tal cual pequeño muñeco del cuál sentían interés; le daba gracia un escenario similar.
━ No podría negarlo, tras oírte, es como si hablaras con toda la sinceridad que te brinda el mundo, ¿entonces debería afirmarlo y postrarme orgullosa?
Una risa extra aparece. ━ No acostumbro a ello, mas tampoco me veo como alguien sin valor.
Finalmente, los ojos vuelven a contemplar a quién tiene delante suyo.
━ Así como me ves, no poseo. Sin embargo, en mi forma como dragón, sí soy capaz de tener esas escamas.
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— Creí que los dragones eran muy territoriales, muy agresivos y posesivos. Bestias que buscan destrucción por diversión, por hambre o por avaricia. Pero tú... Eres diferente a ellos.
Se sintió orgullosa de sus propias palabras, porque había encontrado una nueva actividad en la que emplear su tiempo. Ahora sus pulgares se encargaban de acariciarle la piel una y otra vez, como si aún no pudiera concebir que la piel era tan tersa y no rugosa. Quizá era su imaginación o, podía esconder más características a su merced.
— Podrías decirme que tengo razón, que tus cuernos son maravillosos. O podrías negar todo lo que digo hasta hacerme creer que estoy equivocada. —Habló con calma. Sus ojos la contemplaron con cuidado, con el que merecía en ese momento.— Si tú misma no crees que eres valiosa, no tienes valor para el resto del mundo. Deberías ser más altiva y orgullosa. —Sonrió y poco despues la malicia decoró sus labios.— Tú piel es suave, ¿dónde están las escamas, o no tienes?
No hubo un cambio excesivamente visible por su parte, estaba siendo muy permisiva con esa aparente inspección que hay en contra de su propio cuerpo. Más que una molestia, le resultaba intrigante como usaba el tacto al investigar su ser, después de todo, el el tiempo que su rostro también es objetivo de esas palmas delicadas, la cabeza se mueve, brinda una mayor facilidad a cada gesto impropio.
━ No podría. Lastimar a otros, una destrucción constante... No es algo adecuado.
Fue después que sus labios curvan en un sonreír, aún con ese comentario que, la haría avergonzar. ¿Cuándo fue la última vez que escuchó palabras similares? Siente su corazón ablandarse.
━ Son palabras muy lindas las que dices. ¿Cómo debería responder? Me es poco común que sean vistos de esa manera, así como escuchar esas frases.
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Mil y un preguntas que hacer rondaron la mente de Aysel cuando de nuevo la analizó. Era la primera dragona que conocía en su vida, y encontraba curioso como el concepto parecía ser bastante diferente de lo que percibía. De nuevo llevó sus manos hacia los cuernos de la chica, pero se detuvo de inmediato y en su lugar buscó tomarle de las mejillas, claro, si se dejaba. Todo era con la finalidad de observar mejor su rostro, ver si existía algo más que pudiese usar para siempre identificarla a ella.
— Pensé que podías utilizarlos para destruir o que los podrías utilizar para pelear contra tu misma especie. No lo sé. —Una vez que terminó de hablar solo pudo reírse, porque le parecían irónicas y tontas sus propias palabras.— Pero lo importante es que me gustan tus cuernos. Son especiales, para mí ahora lo son porque son algo que te hace ser tú. Algo único e increíble. —Algo que le gustaría tener más bien, pero no se atrevió a decírselo, solo a sonreírle con calidez.— Son lindos.
━ Dejan una sensación delicada como suave, son agradables.
Hubiera afirmado variedad de veces con la cabeza, mas es un hecho que se retiene ante los toques que aquella emplea. La mirada apenas puede subir, consigue apreciar tanto a las manos que recorren para saciar la curiosidad opuesta, así como el rostro de la fémina de quién son dueñas.
Una mirada breve, antes que cada ojo volviera a ser cerrado, una vez más está atrapada por la sensación de los dedos pasearse sin alguna restricción, así pudiendo liberar una corta risa ante la idea; su imaginación entró rápido en juego.
━ De ser así, la mayor parte de mi día sería darles variedad de formas. Nunca serían los mismos.
Liberó así un suave suspirar, calma la que se puede evidenciar aún después de que ese tacto fuera finalizado. Negó después, la cabeza de movió lado a lado.
━ No he lastimado a nadie con ellos. Solo son un rasgo de mi cuerpo.
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— Me halagas, pero no creo que mis manos fuesen tan suaves como dices. —Esbozó una sonrisa, entre burlona y complacida mientras que sus manos bajaron ahora hasta el nacimiento de aquellos cuernos. Allí se aprovechó, solo por curiosidad, para tocarle el cabello e ir descubriendo si de alguna forma podían afectar su anatomía o podía encontrar la misma sensación que en los cuernos. Y claramente erró, porque la suavidad que descubrió era diferente a la aspereza.— No lo sé, si fuesen blandos sería aún más curioso tocarlos. Tal vez podría hacerlos tomar alguna nueva forma o podrían caerse si los toco.
Finalmente, apartó sus manos y las miró por un momento, aún podía experimentar la sensación y alimentar el recuerdo cuando se frotó las palmas con los dedos. Era agradable, sin duda había captado totalmente su atención.
— ¿Para qué los usas? ¿Peleas con ellos? ¿Has herido a alguien? ¿O solo son características de tu especie?
Cerró los ojos entonces, dejándose hacer por aquella. Era sencillo, ese tacto suave que parecía delinear algo delicado; un respirar calmo de su parte hay, en algún punto de aquellos roces constantes que recibe la cornamenta le parecían algún tipo de juego en contra suya, aunque tampoco podía calificarlo como algo malo, no sentía esas intenciones.
━ Puedo sentirlo, tienes manos muy suaves, es igual a sentir el pétalo de alguna flor.
Sinceridad, no lo puede evitar. Una vez más, el mirar regresa con la fémina opuesta, no rompe su postura.
━ No creo que fuere bueno si son blandos, ¿verdad?
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Con el permiso, estiró primero su mano derecha hasta tocarle uno de los cuernos. Primero deslizó su dedo de arriba bajo, y poco después le sujetó con la mano completa para tratar de entender la textura que éste tenía. Y así sumó su otra mano también para que ambas pudieran tomarle respectivamente. De arriba bajo, hacia los lados, la sensación en su mano le causaba cosquillas y resultaba bastante emocionante.
— ¿Qué se siente? ¿Puedes sentir lo que hago o son solo para verte intimidante? —Preguntó al mismo tiempo que subió hasta tocar la punta de los cuernos y sonrió, sin duda había despertado aún más su curiosidad.— Me gustan, son muy lindos y firmes.
━ Entiendo, sí, un atractivo más allá de lo que parezca incluso irrevelante, hm, tiene sentido. Adelante, no sucederá nada malo si lo haces.
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— La curiosidad, mi querida dragón, es más que solo hacer algo increíble, puede ser la cosa más simple o la más tonta y será curiosa para todo aquel que quiere conocerla o comprenderla. Ahora que sé de qué son, ¿podría tocarlos? Nunca he estado tan cerca de un dragón.
