[...] una divertida necesidad de asesinarlo. Aceptó, buscó la mejor manera de hallar un lugar entre las placas de esa ilusoria armadura rojiza sin tener que emplear ningún medio que no sea sus piernas o los brazos, mientras menos empleara sus habilidades sobrenaturales, mejor; halló comodidad al hacerse saber inferior bajo las oscuras alas del Dragón del Trueno—. Bien, cuando quieras, ya estoy listo —él comunicó tras dejar escapar un ínfimo suspiro, a pesar del eventual peligro, la incertidumbre provocó un leve cosquilleo en su estómago... Todo era divertido.
[...] aparición dragónica a espaldas de la ilusoria mujer ratificó cualquier clase de sospecha. Los pasos que retrocedió se ajustaron al tamaño de la proyección, para ese entonces se halló listo para emprender viaje de nuevo, supuso una espera a que ella terminase de imponer su voluntad sobre los cielos, mas fue sorprendido con generosidad al permitírsele viajar a su lado, o en este caso, encima de ella, de alguna manera relativamente directa. No escondió su asombro, incluso llevó la diestra bajo su mentón al momento de examinar, ya de una forma superficial, más normal, el resultado de aquel cambio tan espectacular; incluso un par de aplausos le dio antes de acercarse con un respeto falso, quiso cuidar un poco las formas frente a ella— ¡Vaya! ¡Muchas gracias! Es la primera vez que volaré sobre un dragón... —forzó su mejor tono de voz y sonrisa, no mintió en el detalle, si era primerizo pues algunos de su calaña -justamente con los que él se topó en el pasado- tuvieron [...]
Cuando ella se irguió y colocó de pie, él retrocedió unos pasos para darle el espacio necesario. No se sorprendió por su primera declaración, a fin de cuentas era consciente del ser al que se dirigió con tanta naturalidad, por eso mismo se dio el gusto de poder plegar el mapa dentro de sus pertenencias como si fuese un día normal, no prestó atención hasta que percibió su poder, seguramente unas migajas del total. Irrumpió sus propias acciones al estar luchando contra las precarias correas improvisadas de su equipaje, ante el violáceo y carmín levantó su verdosa mirada, del relajó pasó a una seriedad tan recelosa como también simulada; oportunidad dorada de resguardar en sus memorias detalles de como ella manipuló su propio poder, ni los libros ni los juglares eran capaces de siquiera describir la ominosa presión que percibió, y ella apenas mostró signos de esfuerzo en su accionar. El albino pudo confiar, ciegamente, en la información retenida por su inhumana mirada, mas esa [...]
que adornaban su espalda resplandecieron con una magnífica intensidad , mas se separaban luego de su cuerpo, lenta pero constante, hasta que, en un punto, puede vislumbrarse como esas mismas figuras circulares adoptaban una forma distinta, lo más parecido a un dragón posible: de aspecto oscuro, mas asemejaba al uso de una gruesa armadura roja que conseguía abarcar por completo al cuerpo como alas, y el mismo terminó detrás suyo. Su tamaño era superior al de Mei solo por pocos metros.
Su mirada fue centrada en poder observar lo que pasaba, las descripciones y gestos que éste reciente invitado inesperado estuviera detallando con cada pequeño movimiento o comentario, siendo en pronta sencillez el comprender a dónde se debería dirigir para ofrecer la ayuda que a ofrecido brindar.
━ Horas... Si fragmento mi alma, llegaremos en quince minutos o menos.
Aclaró entonces, con simpleza. Es un hecho que solo requería apreciar por segundos el propio mapa para localizar el sitio señalado, después de todo, no creía necesario tener que mencionar el hecho que conociera los espacios de ese terreno como si fueran la palma de su mano, con la excepción que ella no conocía a los seres vivos que habían tomado aquellos espacios para poder dar con sus viviendas y vida plena.
Pronto, Mei se ha puesto de pie, la espada que portaba entre sus manos desaparecía entre un brillante polvo púrpura, que era luego guiado lejos gracias por la brisa que azotaba al ámbito actual. Los sellos
Con unas enormes murallas resguardando una porción enorme del mapa, (al punto de no ser expuesta en su totalidad al ser plegado el mapa) ese pueblo se halló rodeado de ríos y zonas boscosas, mas la realidad mostró otra cosa; torrentes naturales secos, vegetación entristecida y tierra reseca, algo no estaba bien y a las autoridades centrales del reino poco le importó esto.
Se había preparado para una respuesta menos laxa, la facilidad con la que aceptó hasta pareció sospechosa, pero lo cierto es que muy poco le importó. Esta situación hizo nacer en él un extremo buen humor, lo demostró a través de sus expresiones, así como también en cierta torpeza al momento de facilitarle el trabajo a la monstruosidad que heredó los pecados de su calaña. Buscó entre su equipaje de cuero desgastado un mapa de la región, al hacerlo se acercó a ella, demostrando que entre sus pertenencia había recipientes de vidrio, más papeles y algunos elementos pesados, presuntamente metálicos.
— No muy lejos, solo tardé unas horas en llegar aquí —respondió con la mirada centrada en lo suyo,
Hizo malabares para retirar este extenso mapa repleto de marcas y anotaciones, entre manos lo plegó para centrarse en la ubicación de ambos y una porción del enorme reino de las cercanías.
— Es aquí... —con el dedo índice circundó el sitio de interés, a la vez buscó aprobación en el [...
Inclinó la cabeza hacia un costado, analizándole con la mirada, parecía estar en búsqueda de algún fallo o seña que diera prueba de la veracidad en sus palabras, sin embargo, no hay prueba en que haya pizca de mentira. Quedó en silencio, por algunos segundos, analizando aquel pequeño escenario y modo en el que fuera a dar la ayuda que fue pedida, pronto, sus ojos se cerraron.
━ ¿Qué tan lejos queda éste sitio del que me contaste?
Agregó luego. No refleja impedimentos, si existen aquellos que pudieran caer ante la mala suerte de un clima tormentoso, no tendría razones para negar su apoyo, después de todo, tampoco sería la primera vez que acude a ese tipo de solicitudes.
— «El dragón que representa al trueno y la tormenta» —repitió por lo bajo mientras su mirada analizó, nuevamente, a la criatura frente a él—. Esto me ahorra toda la búsqueda —empuñó su diestra por lo bajo a modo de victoria, nunca estuvo tan contento de hallarse con una monstruosidad como ella, solo tuvo que seguir la esencia de la tormenta.
—¡Si! Me enviaron desde uno de los tantos pueblos circundantes del reino a los pies de este sitio, están sufriendo una sequía y la fecha de los impuestos está cerca —explicó sin rodeos, sus manos acompañaron con efusividad a las palabras algo rápidas —. Están desesperados por el favor de sus dioses, pero estos hace mucho los abandonaron, así que... ¿Podrias darles una mano?
