—Si, no me gustaría que cerraran la tienda de pasteles y que la salida terminara siendo en vano.— Susurró a su oído, y se apartó, en su mano tenía una liga de un llamativo color rosa. La alzó a la altura de su rostro. —Compra colores más discretos.— Ordenó, antes de atarse el cabello en una coleta que caía sobre su hombro derecho.
— Eeeh!!? — levantó sus manos mostrándose indefensa, se sonrojó al instante sintiendo la respiración de Mei contra su piel. — Jooo deberíamos seguir caminando,
—Quizás no.— Se acercó a ella, demasiado, prácticamente invadiendo su espacio personal extendió ligeramente los brazos para rodearla, su respiración prácticamente estaba en el cuello de Yuzu... en realidad hurgaba en sus bolsillos en busca de una liga para el cabello.
