McPc1556368

Lo dice quien asesinó a su hermanito menor sólo porque a mi padre no le gustó su asquerosa ofrenda...por favor Caín, no hablemos de problemas familiares.
Sí, claro. Con gusto.
—Va detrás de la barra del minibar de su apartamento y sirve dos vasos de whisky —

Punto número uno: Mi padre, no tiene sentido del humor.
Punto número dos: Yo sí y es genial.
Punto número tres: Creo que con el uno y el dos bastan.

Vaya, vaya, vaya...Caín, mi viejo y querido amigo...¿a caso no habías muerto?

─Bonjour, te agradezco hayas aceptado mi solicitud. Mi nombre es Bella es un placer─

Ambas manos de la joven castaña se posan en su azul vestido que tira a los lados dando volumen para finalmente inclinarse hacia enfrente, dedicando una reverencia, una sonrisa curva sus delgados labios.

Si lo fue y agradezco el detalle Nico, últimamente no me sentía tan… yo -bromeó luego esa sonrisa que adornaba su rostro desapareció, ¿había escuchado bien? ¿Semi dios? ¿Sería acaso el hermano... El hijo de...?-

¿Eres hermano el hijo de Hades? -Espero estar en lo correcto, la manera en la que apareció ante ella se prestaba a esa resolución, que de estar errónea, entonces sería otro hijo de Zeus y hermano de Hércules.- No me incómodas, me causas demasiada curiosidad ~

Caminó al rededor de él para examinarlo detenidamente, luego de un par de vueltas terminó justo en frente de él; le volvió a regalar otra sonrisa y prosiguió con sus preguntas.

Por tu acento deduzco que viviste en Italia mucho tiempo. ¿no?

-Su ceja permanecía alzada y su sonrisa fija. Le causaba gracia el acento del joven, pero también aumentaba su curiosidad ¿Quién demonios era?-

Nico... Di... -artículo cada palabra con tono aterciopelado. Relajó las facciones y su risilla infantil al fin brotó de sus labios- ¿Cómo sabes que soy un hada? No muestro mis alas y no llevo un pequeño vestido.... ¿Brujo? -Sus ojos no perdieron detalle alguno del joven, discreta y educadamente lo analizaba- Soy Tink.

-A primera instancia no sabía de dónde venía la voz y mucho menos a quién le pertenencia. Se mantuvo atenta mirando hacia todas las direcciones hasta que el hombre al fin salió. -

¿Te soy honesta? No entendí bien lo que dijiste -Arqueó la ceja y sonrió- pero sí soy linda si eso decías, ¿Quién eres?