MaxGokudera

Fue una suerte no haber ido mas lejos con aquel hombre, y hoy por hoy era un nuevo día y "otro dolar". Ante lo sucedido optó por cambiar de ciudad, y por fortuna no fue complicado encontrar un nuevo trabajo en alguna cafetería que estuviera acorde a su apariencia (porque no cambiaría su cabello rosa y vestimenta por algo así), poco a poco las cosas regresaban a ser como antes.

Una tarde lluviosa, eso si. No muchos clientes, optó entonces por hacerse un delicioso capuchino con extra espuma, tomar un par de galletitas de mantequilla y sentarse en el mostrador que permitía una perfecta visión hacia el exterior a través del impecable cristal.

Suspiró, odiaba estar aburrida.