26-30, M
averigua por ti mismo
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harrystyles · M
La oscuridad y la soledad solo se podían sentir con aquella persona que supiera su significado, Ciel Phantomhive, era un sobreviviente de un pasado que lo marco de por vida, sin sentimientos agradables hacia las personas que lo rodean, no sentía nada que no fuera una gran sed de venganza, una venganza que debería planificar perfectamente ante aquellos que se burlaron de el como de su difuntos padres, Aquel pequeño ser con un inexplicable carácter fuerte, seria acompañado hasta el lecho de su muerte por un mayordomo que cuidaría de el, hasta que su venganza fuera cumplida, por supuesto que este le ayudaría a llevarla a cabo. El único sobreviviente Phantomhive, se encontraba caminando sin rumbo alguno en aquellos lugares lejanos de su hogar.
Ciel es un joven chico de 12 años, con ojos azules y pelo de color negro-azulado. Como cabecilla y jefe de la noble familia Phantomhive, por lo general se viste de una manera que se adapte a su posición, casi siempre lleva un parche sobre su ojo derecho, no porque es lo que falta, sino porque es ahí es donde está la señal de su contrato con Sebastian Michaelis y para no revelarlo lo oculta. Su vestimenta consiste en un sombrero de copa alta, una camisa de manga larga blanca, un saco de color azul con varios detalles negros, en su cuello lleva un elegante listón negro, un short que le llega mas arriba de sus rodillas del mismo tono que el saco, unas medias negras, botines de un color café oscuro. Lleva también un bastón elegante que esta diseñado especialmente para su estatura, de un color caoba.
El joven conde caminaba realmente fastidiado por que su fiel mayordomo no paraba de "jugar" con un felino que apenas unas cuantas cuadras atrás encontró y recogió sin el permiso del conde.
-Sebastian, si tanto quieres "divertirte" con ese gato, mejor lárgate que me estas estorbando.
-Bocchan, realmente no estoy haciendo nada que interfiera con su trabajo.
-Tsk! Largo de aquí, te llamare si te necesito, es una orden.
-Pero, Bocchan...
-Es una orden!
El conde escupió aquella frase ya enfurecido. El mayordomo no tuvo de otra mas que obedecer aquella orden, sin decir nada se alejo del menor dejándolo solo; El conde decidió seguir su caminata hasta que encontró una tienda donde vendían comida, como su mayordomo se había ido, no tenia ninguna mirada acusadora que le dijera que no debería comer, así que se encamino a aquella tienda para así probar varios dulces de su gusto Al seguir su camino, no pudo evitar maldecir a su mayordomo por aquel comportamiento, pero al detenerse un poco para asi colocar bien su sombrero de copa alta, sintió como algo húmedo cayo sobre su mano, el menor levanto la vista y observo el cielo obscurecido ¿Lluvia? Genial, cuando se le ocurre correr a su mayordomo, tiene que pasar algo.
-Todo es tu culpa Sebastian!
Sin medir su voz, escupió aquello un poco alto provocando que todos los de su alrededor escucharan aquella oración, el conde suspiro y siguió caminando, pero se detuvo al sentir una fuerte corriente de viento que golpeo violentamente su rostro e hizo que su sombrero escapara lejos de el.
-Ahh..No, espera!
Extendió su mano inútilmente queriendo que su sombrero mágicamente regresara a el.
Ciel es un joven chico de 12 años, con ojos azules y pelo de color negro-azulado. Como cabecilla y jefe de la noble familia Phantomhive, por lo general se viste de una manera que se adapte a su posición, casi siempre lleva un parche sobre su ojo derecho, no porque es lo que falta, sino porque es ahí es donde está la señal de su contrato con Sebastian Michaelis y para no revelarlo lo oculta. Su vestimenta consiste en un sombrero de copa alta, una camisa de manga larga blanca, un saco de color azul con varios detalles negros, en su cuello lleva un elegante listón negro, un short que le llega mas arriba de sus rodillas del mismo tono que el saco, unas medias negras, botines de un color café oscuro. Lleva también un bastón elegante que esta diseñado especialmente para su estatura, de un color caoba.
El joven conde caminaba realmente fastidiado por que su fiel mayordomo no paraba de "jugar" con un felino que apenas unas cuantas cuadras atrás encontró y recogió sin el permiso del conde.
-Sebastian, si tanto quieres "divertirte" con ese gato, mejor lárgate que me estas estorbando.
-Bocchan, realmente no estoy haciendo nada que interfiera con su trabajo.
-Tsk! Largo de aquí, te llamare si te necesito, es una orden.
-Pero, Bocchan...
-Es una orden!
El conde escupió aquella frase ya enfurecido. El mayordomo no tuvo de otra mas que obedecer aquella orden, sin decir nada se alejo del menor dejándolo solo; El conde decidió seguir su caminata hasta que encontró una tienda donde vendían comida, como su mayordomo se había ido, no tenia ninguna mirada acusadora que le dijera que no debería comer, así que se encamino a aquella tienda para así probar varios dulces de su gusto Al seguir su camino, no pudo evitar maldecir a su mayordomo por aquel comportamiento, pero al detenerse un poco para asi colocar bien su sombrero de copa alta, sintió como algo húmedo cayo sobre su mano, el menor levanto la vista y observo el cielo obscurecido ¿Lluvia? Genial, cuando se le ocurre correr a su mayordomo, tiene que pasar algo.
-Todo es tu culpa Sebastian!
Sin medir su voz, escupió aquello un poco alto provocando que todos los de su alrededor escucharan aquella oración, el conde suspiro y siguió caminando, pero se detuvo al sentir una fuerte corriente de viento que golpeo violentamente su rostro e hizo que su sombrero escapara lejos de el.
-Ahh..No, espera!
Extendió su mano inútilmente queriendo que su sombrero mágicamente regresara a el.