-Prosiguió rascando su mejilla, haciendo un pequeño puchero, aunque se detuvo a pensar en cómo solucionar lo del sabor dulce.- ¡Ya sé! ¡Podría invitarte una crepa! Son triangulares como una rebanada de pizza. -Parece un niño con ese tipo de razonamiento.-

¡Los accidentes a todos nos pasa! -Aseguró, poniendo la mano en su hombro y regalándole una sonrisa.- ¡Estoy bien! Hoy saldré a regalar algunos postres a la gente para hacer promoción al restaurante. Espero todo salga bien.