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-Silencioso se dedicó a disfrutar del momento tan tranquilo al lado de ella, era un compañía muy distinta, ha salido con chicas, ha tenido tardes muy tranquilas, pero aquello era tan distinto y único, sentía aquella delicada mano entrelazarse con la propia, sus dedos apretaron suave la mano ajena, ríe un poco por esa frase incompleta, él suspira y tras una corta risilla, susurra.-

Me gusta estar contigo...

-Fue directo, aunque lo dicho era en voz baja, quizá por pena o para no presionar a la chica, el apretón fue un poco mas fuerte, sentía algo fuerte, así que para expresarlo mejor, se apartó un poco, sin soltar la mano e intentaba mirar el rostro contrario.-

De ahora en adelante, yo te protegeré de lo que sea, te lo prometo.
Digamos que solo ocurrió o algo así...

-Tampoco sabía en qué momento sus sentimientos por el rubio habían cambiado, siempre lo había visto como un amigo muy querido al igual que a los demás pero eso fue quedando atrás. Aunque sola se negaba a ello, ya que sabía a la perfección que él podría estar con cualquier chica que se lo propusiera y que ella no encajaba específicamente en el el perfil de "chica bonita".

Se quedó quieta en aquella posición mirando de reojos la televisión que continuaba su programación. Hasta un suspiró abandonó sus labios en cuanto sintió los dedos ajenos rozar los propios. No iba a quedarse quieta así que de a poco fue moviendo su mano para poder tomarla y entrelazar sus dedos con los de él, apretando los labios unos momentos.-

Aunque por mi parte... no, no, mejor dejémoslo así.
-Una risa contenida se podía escuchar en la garganta del rubio, no la estaba mirando directamente y era mejor así, por su parte también un leve sonrojo decoraba sus mejillas, era raro en él, ¿Por qué sentía algo de pena? No era normal en el rubio tan narcisista, ese que presume de conseguir citas con cualquier chica, su mirada se perdió al frente, miraba el suelo iluminado por la luz del televisor, el cual se encontraba con un volumen muy bajo.-

¿No es curioso? Ni yo mismo estoy enterado de cuando ocurrió...

-No fue claro en sus palabras, necesitaba explicar lo que pensaba de la manera mas discreta posible, con lentitud baja la mano de ese lado del que se recostó y la acercó con cuidado hasta que sus dedos hicieran contacto con los dedos ajenos.-
Jajajaja claro que no.

-Poco a poco se iba separando de él para darle un respiro además de ir calmando de igual forma la risa que no podía evitar al contagiarse por él. En cuanto sintió su cabeza descansar en su hombro las mejillas de Nicole comenzaron a arder producto de la cercanía, negando rápidamente con la cabeza mientras alzaba un poco más manos a la altura de su torso.-

¿Q-qué? N-no, no,no. Y-yo no dije eso, claro que no. Me refería a que...

-No sabía que inventar así que suspiró resignada, había quedado totalmente expuesta.-
-Su risa sonaba agitada, no lo podía evitar, era sensible y esas cosquillas en su cuello hasta le hacían gritar por querer escapar, cuando acaba, emite cortas carcajadas junto a largos suspiros, hasta sintió un leve escalofrío recorrer su espalda.-

¿Ah no?

-Una gran sonrisa se dibuja en el rostro del rubio, discretamente ella había caído en su trampa, separa la espalda de la pared y se inclina un poco hacia ella para recostar el costado de la cabeza en el hombro ajeno.-

Ya sabía que te gustaba, gracias por confirmarlo totalmente.
-Recargó su cuerpo sobre él para evitar que se mueva y escape, aunque sus movimientos se hicieron también más débiles por la risa que no podía contener, al final de a poco se fue levantando, quedando sentada junto a él, limpiándose las lágrimas debido a las carcajadas.-

No me vas a dejar de gustar por eso jajaja.
-Reía sin poderse controlar, hasta intentaba quitarla pero las cosquillas le quitaban las fuerzas, su único escape era patalear como chiquillo malcriado mientras intentaba quitarsela de encima.-

¡Nicole, noooo! ¡Nooo! ¡Si me orino encima te voy a dejar de gustar!
¡Ñajajajaja! No seas exagerado. -Se arrodilló a un lado de él sin detener los movimientos de sus dedos sobre el cuello, bajando la derecha para también hacerle cosquillas en el vientre y con la otra bajo los brazos. Se vio contagiada con la risa de él, riendo a carcajadas.-
¿Ataqué?

-Pregunta curioso cuando escuchaba a la castaña, pronto se vio prisionero por el peso de ella y atacado por sus cosquillas.-

¡No! ¡Me haré en los pantalones si me haces cosquillas!
¡Ataque! -Se lanzó en picada en contra del rubio para hacerle cosquillas en el cuello expuesto.- ¡Ñajajaja!

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