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¿Muñeca? Jajaja sí, vamos. ¿Crees que hubiese sido buena idea traer a Terry? Tal vez quería estirar las patitas al igual que el otro perrito que paseaba.

-Ahora sí ya se había encaminado en la dirección correcta del distrito comercial junto con el rubio, omitiendo por completo la presencia extraña que el contrario se había percatado. Esto debido a lo distraía que solía ser Nicole al no prestar atención a todo lo que ocurría a su alrededor y por otra parte Vienam que era mucho más pacífica se encontraba alerta de las acciones de la castaña para que no arruinara aquella cita y porque anteriormente había cruzado la calle sin siquiera mirar a los lados.-


¿Crees que tengan helado arcoíris? Siempre me he preguntando a qué sabe porque tiene muchos colores juntos. ¡Mira, otro perrito!

Que satisfactorio es verte frustrado, humano. -Dijo Aideroth de manera que solo puede ser escuchado por el galán rubio.- ¿Por qué no regresas a dormir, bicho asqueroso? -Responde con claro disgusto, suspira con pesadez y decide ignorar lo que tuviera que decir su Vairant de ahora en adelante, no aportaba nada importante o eso creía.-

Ya, no seas llorón, sabes que no me interesa hablarte, pero siento una presencia a unos cinco kilómetros de aquí. -El rubio levantó las cejas expresando su impresión por aquel comunicado, ahora podía percibir lo que Aider sentía y no dudó en voltear hacia esa dirección, la cual era las afueras de la ciudad.-

Cerca del río... que vayan los demás. -Dijo sin mayor interés para regresar la mirada a Nicole, quién por fin regresaba.- No pasa nada, muñeca, ¿ya podemos proseguir con nuestra cita?
¿Quién es un lindo perrito? ¿Quién es un lindo perrito? ¡Tú lo eres, tú lo eres! Mira lo lindo que eres, tan rechoncho y abrazable. ¡Tienes mucha baba!

-Por unos segundos había olvidado que estaba acompañada y que además tenía una especie de cita con su mejor amigo, pero nadie podía resistirse al encanto de un perrito, menos Nicole que le gustan mucho.-

Eh... ¿Nicole? Masthian te está esperando... s-sería un poco descortés dejarlo abandonado. ¡Nicole!

-En su mente Vienam la sermoneaba como siempre cada vez que la castaña se perdía en sus pensamientos. En ese momento giró el rostro y vio al rubio medio enfadado esperándola, despidiéndose del perro y la dueña antes de cruzar la calle corriendo para volver donde estaba su amigo.-

¡Jajajaja! Creo que me emocioné y además cambié la dirección del centro comercial. ¿Me perdonas?

Pero, Nicole, ¡Los carteles indican que el centro comercial es por el otro lado! ¡Espera!

-Intentaba forcejear pero no se atrevía a ser brusco, las maldición de un caballero, lo mas que podía hacer era oponerse y avanzar algo lento para que luego no tuvieran que regresar varios metros mas lo que hacía falta para llegar, su forcejeo terminó en un torpe tropezar cuando ella lo soltó, hizo maromas para no caer y finalmente quedó sentado en el suelo sin remedio.-

Hoy no es mi día...

-Murmuró con cierto enojo el rubio y liberaba un pesado suspiro, se levantó y sacudió el pantalón mientras avanzó hasta la orilla de la calle, no cruzó, esperaría a la castaña en ese sitio. Llevó las manos a los bolsillos y con calma esperó.-

¡No quiero! Termina con eso y vamos por el helado. -Y mirando a otra parte murmuró.- Es la chica mas difícil que he conocido, no cae en mis encantos.
¡Siempre he querido luchar con un oso! ¿Acaso tú no? No lo niegues.

-Con los ojos entrecerrados observaba al rubio como si lo estuviera presionando a que contestara lo que ella quería, una forma encantadora pero manipuladora que tenía aunque no siempre le resultaba.-

¿Cómo es eso de que no es por aquí? ¡Claro que lo es, tú sígueme!

-Convencida en que aquel era el camino, al otro lado de la calle observó a un perro paseando con su dueña. No dudó en soltar al rubio y correr en dirección al animal ya que le gustaban mucho los perritos, por algo insistió tanto a sus padres hasta que le consiguieron a Terry.-


¡Masthian, deberías venir a verlo! Sabía que este era el camino, sino no hubiésemos encontrado a este lindo perrito.
-Esa pregunta devuelta le dejó bastantes dudas, de nuevo le juzga con la mirada, esperaba una respuesta pero parecía ser astuta y aprovechó el resto de la conversación, se lo dejó pasar porque de todos modos él tampoco era fanático de las peleas.-

¿Lo ves? Los osos no están en la lista de amenazas... bueno, si lo estarían si aparece uno, tu me entiendes.

-La mirada ajena le atrajo, el color dorado de estos era tan curioso y tan poco común, imposible ver algo así de manera natural en un humano cualquiera. Habiendo acabado el proceso, Masthian se estiró un poco, movió los brazos, cada pierna y la cabeza, se sentía como nuevo.-

Nada mal, Nicole, ahora vamos por el...

-Su dialogo se interrumpió por esa costumbre de jalar a sus amigos, avanzó para no caer, tropieza un poco y termina siguiéndole el paso.- Pe-pero... ¡El centro comercial está del otro lado! -Exclamó intentando que la chica reaccionara y detuviera ese andar tan frenético.-
¿Uhm? ¿Contra qué luchamos? -Preguntó de vuelta alzando el rostro mientras relajaba el entrecejo volviendo a la normalidad. Se quedó mirando al rubio unos momentos como si hubiese entendido la pregunta pero terminó quedando en blanco por unos segundos.-



¡Es cierto! Nunca hemos peleado con osos que yo recuerde.

-Cuando reaccionó volvió el brillo dorado en sus ojos y siguió curando las heridas del varón hasta la más mínima, incluyendo otras de días anteriores. Con los ojos entrecerrados meditó unos instantes la propuesta y finalmente terminó asintiendo de forma energética, como siempre.-

¡Está bien! ¿Vamos por un helado? Creo que en las citas se comen helado, lo vi en la televisión.

-Y como le era costumbre, lo tomó del brazo y lo arrastró consigo en dirección opuesta a las tiendas. A veces, solo a veces, su sentido de orientación se veía perdido y afectado.-
-Los parpados del rubio cayeron un poco en una mirada juzgadora contra la castaña, ¿Estaba bromeando con lo del oso o en verdad creía que había uno en los alrededores? Suspiró con mucha pesadez y lo volvió a intentar.-

Nicole... -Una pequeña pausa para llamar su atención.- ¿Contra qué peleamos constantemente? ¿Alguna vez hemos peleado contra osos? ¿Has visto a los otros peleando contra uno?

-Luego de eso, rodó los ojos por aquella expresión tan llena de entusiasmo por parte de la joven, su mirada azul regresó a ella y asintió.-

Si, Nicole, necesito ayuda de ustedes, estoy herido, Vienam es médica... no lo sé, ¿Tu que opinas?

-La seriedad mostrada por su amiga ya brindó la tranquilidad necesaria, por fin le quitarán esos golpes y heridas tan molestas, se quedó quieto y aguardó por la pronta sanación que venía, fue tan relajante que cerró por completo los parpados y luego cuando acabó, le sonríe coqueto a la castaña.-

¿Qué te parece si cambiamos eso por una cita? Tu, yo,
¿Un encuentro con...? ¡¿Un encuentro con un oso?! ¡Lo sabía, esas heridas son de oso! A mí nadie me engaña.

-Y como si estuviera orgullosa de su pensar y lógica, se llevó las manos hasta la cintura, alzó el mentón y cerró los ojos. Era su forma de mostrarse segura de sí misma aunque bastante caricaturesco con aire infantil.-

Espera... ¿Nos estás pidiendo ayuda?


-No disimulaba su emoción así que usando el mismo dedo que picaba las heridas, canalizó la energía en el lugar hasta que un aura cálida fue envolviendo los rasguños del rubio. Mientras hacía aquello el entrecejo de Nicole estaba fruncido como muestra de concentración y el color avellana de sus ojos cambió a un dorado intenso. Pasado unos segundos por cada lesión, terminaron cerrándose como si nada hubiese pasado.-

Son dos cupones para la tienda de verduras. -Estiró la mano para que le pagara, aunque solo bromeaba.-
¿Nicole? ¿Osos? ¡No, boba! Vengo de la casa abandonada de la que tanta gente habló y tuve un encuentro con...

-Toda su historia se vino abajo en cuanto la sorprendida chica comenzó a fastidiar con su dedo al dar varios toques en las zonas expuestas de su playera.-

¡No! Espera, espera, ¡No hagas eso! ¿Por qué mejor no llamas a Vienam para que nos ayude? El inútil de Aider no sirve para sanar golpes ni heridas, anda.

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