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22-25, F
Directa, pequeña.
About Me Notes
About Me
♣ Mary ♣


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Nombre: Mary
Apellido: Dukein
Raza: Humana
Edad: 11 años, perceptible de 8
Color favorito: Todos.
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♣ Descripción Física ♣

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Mary es una niña de 11 años, cuyo aspecto físico no lo amerita. Sus cabellos son largos, finos y blancos; posee suaves ondulaciones, lo cual hace que resalte un poco más del lacio común. La piel de Mary es sumamente pálida, aún así, presenta un apenas perceptible sonrojo en sus mejillas y un suave color rosa en sus labios. Sus ojos son grandes, sus pestañas largas y blancas como su cabello, el color de sus ojos no es el natural avellana, son rojos, algo normal en el albinismo. Su cuerpo es delgado y para nada desarrollado, el cuerpo propio de una niña de 8 años, baja y delicada, como una pequeña muñeca de porcelana, dando la sensación de que al tocarla podría llegar a quebrarse. Mary ama los vestidos, todos los días viste uno diferente, con vuelos, sin ellos, de algodón o quizá ceda, esponjados o simples, siempre y cuando esté sobre sus rodillas, pero bajo sus muslos.
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♣ Descripción Psicológica ♣


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La pequeña Dukein, posee gustos que no son normales a su edad, uno de sus mayores disfrutes es la lectura, lee libros de cualquier genero, siempre y cuando la historia llame su atención, aventura, románticos, eróticos y otros; no parece distinguir entre lo que está permitido o no para su edad. Sus palabras siempre son sinceras y directas, no suele tomar en cuenta si la persona a quienes las dedica se sentirá afectada o no. Mary cuenta las veces que cepilla su cabello, siempre 50, coloca sus vestidos siempre en el mismo orden, colores del arcoíris, solo juega con sus peluches una vez al mes, solamente el día 15. Su cuarto, el único lugar donde tiene un absoluto control, siempre se encontrará en orden, el orden de Mary Dukein, quien padece TOC.
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♣ Historia ♣


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Marco y Ana se unieron en sagrado matrimonio aún siendo jóvenes, por supuesto, después de que ambos culminaran los estudios universitarios, Marco siempre la amó, a Ana, en cambio ella tiró todo a la basura a solo 3 años de haber concebido a Mary. Aventuras amorosas con quien fuera que llamare su atención, desvergonzada, su esposo si quiera se daría cuenta.
Mary, ya con 9 años, se encontraba jugando en el patio, sentada sobre una pequeña silla de metal blanca, frente a ella una mesa, igual que la silla, blanca y de metal. Sonreía dulcemente mientras servía el té a sus invitados, los cuales eran nada más peluches y muñecas.
-¡Oh, señor Queso! He olvidado las galletas… ¡Disfruten mientras voy por ellas! -Mary pronunció aquellas palabras con dulzura pero su rostro realmente mostraba la vergüenza y preocupación que sentía, ¡¿Cómo pudo olvidar algo tan relevante?! El señor Queso no le hablaría durante semanas. Corrió hasta dentro de la casa, hoy día ella se encontraba sola, sus padres trabajaban y ella no planeaba asistir a la escuela, detestaba la idea. Dio la vuelta rápidamente y corrió hasta estar dentro de la casa, a penas entrar escuchó la puerta de la casa abrirse, se paró en seco. La voz era la de su madre, pero se escuchaba ajetreada, “¡Oh, John!” ¿Acaso ella estaba siendo atacada? Corrió hasta la sala, amaba a su madre y lo menos que quería era que le hicieran algo. Aún así, al llegar al lugar, no pudo hacer más que pararse en seco y sentir un nudo en su garganta. Su madre no era atacada, ella se desvestía mientras alguien que no conocía besaba todo menos sus labios, Mary no podía emitir palabra alguna, asimilaba lo que ocurría, y no tardó más de 30 segundos en comprenderlo- ¡Mamá! -Gritó con furia, su rostro se encontraba rojo de ira, apretaba sus puños mientras veía, no al hombre, si no a su madre, había leído lo suficiente para saber lo que planeaban hacer, ¿cómo podía hacer algo así a su padre, su esposo? Sintió ira hacia ella, desprecio y asco. La mujer no hizo más que sobresaltarse y voltear a ver a la niña con temor, John hizo lo mismo, pero a demás de eso se sonrojó, recogió su ropa del suelo y salió por la puerta. “No le digas” fue lo único que pronunció Ana, su rostro era sombrío e indiferente, simplemente empezó a tomar su ropa del suelo y subió las escaleras, hasta su cuarto. Mary quedó inmóvil mientras la mujer subía las escaleras, caminó hasta la cocina y subiendo una pequeña escalera cogió el tarro de galletas y regreso a su fiesta de te.-Aquí están sus galletas, señor Queso. -Se sentó en la silla y al hacerlo enfocó su rostro en la tetera de metal pulido y brillante, donde notó al fin que de sus ojos corrían lágrimas. Era el día 15 de Agosto… Y Mary no se movería de ese sitio en todo el día.
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Puedo parecer una clara perla de cristal
Pero no me romperé fácilmente

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Septiembre 25.
No lo soporto. Señor Queso quiere contarle todo a papá, ¿cómo debería callarlo? Petunia dijo que lo mejor era coser su boca, ¿debería hacerlo?
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Sobre una pequeña silla marrón, y frente a un escritorio del mismo color, se encontraba la infante albina con su cabeza baja, fija en la hoja de papel con marco de flores, sentía una pequeña presión en el pecho, realmente quería dibujar algo, pero la inspiración parecía estar siento atrapada por 4 paredes, fruncía su ceño y casi a cada paso de 1 minuto, soltaba un suspiro frustrada por el hecho de no saber que dibujar. Las paredes parecían desaparecer a medias. Con sus pasteles para dibujo, terminó trazando óvalos rojos y verdes, colando sus colores, uniendo el amarillo y un poco de naranja. Una fresa, sin significado alguno, más que su fruta favorita.
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