tomándolo por sorpresa, logra conseguir tirarle un diente en ése sólo golpe.
A ello, le siguieron otros más, junto con algunas patadas, ante las cuales, el joven sólo trata de cubrirse.
Habría continuado, de no ser porque un segundo guiverno entra por la ruptura que abrió la montura de ella para entrar.
Enseguida, el jinete de ese guiverno, al menos tres veces más grandes que el carmesí montado por la joven; corre a detener a la chica que propina brutal paliza al príncipe heredero.** ¡Por proteger a esta ladilla casi es asesinado! ¡TDODO ES SU CULPA! **Berrea con una furia incontenible, mientras es sujetada por el general, un guerrero ya entrado en años, y, sin embargo, aún conservando su fuerza y condición infalibles.**
¡Estás cometiendo desacato y sublevación, Ashtelya!
¡NO LO ES! ¡ÉL NO ES MI REY, NUNCA LO SERÁ! ¡YO NO LO SEGUIRÉ, NO MERECE SER EL HEREDERO!