Claro, por mi no hay problema, a dónde gustas ir?

Lamento esto. ¿Deseas un paseo entre los dos? Claro si estás de acuerdo. —Volteaba a ver a la peliazul.–

-Se cruza de brazos solo observando a aquellos hermanos discutir-

Ya no importa, no pasa nada.

*caminaba un tanto serio, a su manera se colocaba entre ambas, expulsando algo de vapor caliente sobre el rostro de su hermana, dando un gruñido temperamental, marcando un límite*

Fue suficiente hermana, tu en especial no quieres ir más lejos conmigo, deja a la terrana tranquila.

-Si bien Marina es una mujer muy relajada también sabe defenderse asíque resopla a la chica sin dejar de mirarla tampoco- Tengo demasiados hermanos y hermanas que sin duda buscarían hasta el último rincón por mi y si saben que algo me pasó destrozarían al culpable.

ー ¿Qué? ¿No la comerás? Esperaba tomar un pedazo. ー Le intriga saber cómo porque no será devorada por su hermano, ¿qué tiene de especial? Se acerca más a ella viéndola a los ojos de una forma retadora. Gruñendo ante lo dicho por su hermano. ーEres afortunada, pequeña.

*se quedaba aparentemente tranquilo ante lo que hacía su hermana menor, el ya había sentido el aroma de la peliazul desde lejos y reconocido que de cierta forma estaba ligada con el mar y por ende con Akean, sonriendo de lado*

Yo preferiría verlos extinguirse, aunque igual tienen buena comida y sería un desperdicio, así que... Un 50/50, es interesante, Eira, deja de ser tan invasiva que la vas a incomodar.

Es nuestra responsabilidad, podría decirse que es un 50/50 nosotros los salvamos y ellos avanzan solos después de eso... -Siente como la albina se acerca y la olfatear, es la segunda vez que mencionan a Akean y ahora está un poco intrigada por saber de quién hablan-

Se acercó a la peli azul olfateando para detectar bien su olor. ー ¿Akean, tiene seres como tú? ー Comentó mientras camina a su alrededor inspeccionando a cuya mujer a captado la atención del dragón de fuego.

Me imagino que ah de serlo si una vida no les alcanza, creo que la raza ya está condenada desde que inventaron eso que llaman armas de fuego.

*Se encogia de hombros, y luego miraba irritado a su hermana de plata*

Eira, que "gusto" verte, y no, no es comida.