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Se perdió en pensamientos otra vez. Dos rostros se formaban en su mente. Dos sonrisas conocidas y un montón de sucesos.

— Solo quiero que todo sea como antes...
 
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—Lo entiendo, pero yo no te criticaré, si necesitas un consejo, también te lo daré y si no lo quieres, solo escucharé.—

-Ya no le dijo más, pues estaba claro que su amiga había entendido todo. La dejó descansar y seguramente estaría más tranquila comiendo gomitas.-
Terminó por dar un suspiro entrecortado. Aquellos rostros no dejaban de brotar una y otra vez en su mente.

— Es difícil compartirlo porque, no sé, creo que a lo mejor me veo como la egoísta o la mala...no lo sé, me como la cabeza una y otra vez. Pero...tienes razón. Debo ocuparme de mi, arreglar mi jardín, y solo entonces tal vez arregle pronto las cosas con Anyel y pueda arreglar las cosas con Enthon... Necesito que esta pesadilla termine. Muchas gracias, Joah...—

Susurró algo ronca y se quedó recargada en ella un poco más.
-Sonrió. Ella lo había entendido todo y eso la llenaba de orgullo. La abrazó de nuevo y dejó al final que recargara su cabeza en el hombro, aprovechando para recargar su propia cabeza sobre la de ella.

—No siempre debes aguantarte todo. Simplemente no mostrar que te afecta en el momento erróneo. Simplemente controlarte y si me necesitas, puedes llamarme. Yo estaré para ti cuando me necesites. ¿De acuerdo? no tienes que hacerlo sola.—
Se mantuvo quieta escuchando cada palabra, y lo mejor de todo es que ella tenía razón. Poco a poco se quitaba una parte de la neblina de su mente, aunque no toda.

— Arreglar el jardín... Arreglar el jardín... — pensó en las mariposas de su jardín. Enthon, Anyel, el resto de sus amigos. Ellos eran sus mariposas. Se mordió el labio inferior sorbiendo por la nariz en repetidas veces.

— Mis calificaciones... creo que empezaré por ahí y... y trataré de actuar...normal. Sí. Normal, como si nada, así evitaré ponerme a llorar a cada rato y... y de paso trato de mentalizarme en estar preparada para todo. —

Le tomó otra gomita dándole pequeños mordisquitos y recargando la cabeza en su amiga soltando un suspiro.
—Cuando él esté listo, estoy segura que te buscará. Mientras tanto yo sugiero... —Le ofrece más gomitas.—Que de ahora en más, te centres en ti y en estar tranquila. Por ejemplo, en estudiar, tus calificaciones sé que están bajando mucho. También podemos ir al cine o ir al café de Masthian para ayudarlo un poco. —

Guardó silencio un momento, pensando en qué más cosas podrían hacer, pero había todo un mar de opciones, así que no quiso llenarla de ideas.

—Mira... Lo que quiero decir es... Arregla tu jardín... que se vea hermoso, para que las mariposas vengan a él... —
No sabía que tenía mucho por desahogar hasta que esos apapachos la animaron a soltarlo todo. Negó lentamente.

— No quiero perder a nadie. No quiero cometer ese error de nuevo. Perdí a Enthon y es doloroso, ahora, perder dos amigo más me acabará. Aunque...no sé qué quiere realmente Anyel, no hemos hablado desde que Hanary llegó, pero pude ver en sus ojos la duda. La última vez le dije que arreglara sus sentimientos y no sé más de él, me da miedo preguntar. —

Esta vez levantó el rostro mirando hacía adelante. Nariz enrojecida y ojos hinchados.

— Pero...puedo presentir la respuesta...
—Y estoy segura que ellos te quieren a ti, pero no hay que ser codiciosa. —siguió consolando a su amiga, dando ligeros masajes en su espalda para confortarla.

—Además... Dudo que Enthon te odie. Su reacción no corresponde en absoluto a alguien que odia o a quien le seas totalmente indiferente. Simplemente no le importaría lo que hagas. Con Anyel, bueno, no puedo opinar, he visto lo que Hanary y Anyel son capaces de hacer juntos y antes de todo, ustedes también eran amigas... ¿perderás a una amiga por un chico? —
Dejó que su amiga la estrujara, y sin levantar el rostro se limpió una lágrima.

— Es que los quiero a los dos, pero es difícil porque...porque...Anyel y Hanary...es como si hubieran nacido para estar juntos...y...y... Enthon no me quiere, debí haberle dicho todo cuando ... — se detuvo entre un balbuceo y se llevó un pedazo de papel a sus lágrimas.
-La reacción de su amiga le conmovió. La abrazó con cuidado y le dio un ligero apretón en señal de apoyo y cariño.

—Si, duele cuando toman decisiones por nosotros, pero también debemos pensar ¿Es bueno forzar algo? si algo como esto lo tambalea ¿Vale la pena forzarlo para conservarlo o terminará rompiéndose y sin solución? —Igual no la soltó, dejó que se desahogara.-
Tras escuchar se quedó en silencio un momento, luego recargó el rostro otra vez en las manos.

— Me da miedo, ¿sabes? Me da miedo que...la desición que tomen...ellos me rompa más el corazón. Se qué para ellos sería lo mejor pero...¿Y si a mí me termina de romper? ¡Todo es tan complicado! Estoy harta...—

Su voz se quebró en la última frase, haciendo un breve puchero y bajando la mirada.

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