-Se detuvo brevemente cuando ella dio el beso, él le mira y sonríe con cierta timidez, asiente varias veces y retoman su camino.- ¡Si! Pizza, nunca puede faltar la pizza.

— ¡Aaaah me encanta! ¡Si quiero! — interrumpió poquito su andar para besar su mejilla — ¡Tengamos pizza!

-Se dejó tomar del brazo sin intentar apartarse, no le molestaba pero si que le causaba algo de pena sentir los senos de ella muy juntos a él. Asintió un par de veces, aceptando a la petición insistente de la rubia.- Está bien, pasemos comprando algo y vamos a mi casa, ¿De acuerdo?

— ¿Ligero? ¡Te podría comer a ti ahorita si pudiera, tengo mucha hambre! — se aferró a su brazo nuevamente — ¡Porfis! Podemos comprar algo y comerlo en mi casa o en la tuya si quieres — le hizo sus cajitas famosas mientras agarraba su blusa nuevamente para ponérsela de nuevo.

¿Segura? -Le miraba de reojo, directamente al rostro contrario.- Acabas de hacer ejercicios, ¿Por qué no algo ligero? Digo yo... para que surta efecto tu esfuerzo, aunque... no lo veo necesario.

— Ya estás aquí, ya no estoy ocupada Anyelito, y me ayudas dejándome acompañarte. ¿Vamos a comer juntos o vamos a por algún postre? —soltó su brazo quedándose a su lado. — Anyel, mírame (?)

-Si le escuchó pero no quería detenerse, en cuanto la tela cayó sobre su cabeza, si que se detuvo y no tenía mas elección que voltear a verla.- Vale, vale, ven conmigo. -Le esperó un instante y cuando la escucha venir, se apresura para avanzar. No pudo escapar, fue atrapado por ella al poco tiempo, cosa que le pondría algo nervioso.- Es-es que pensé que estarías ocupada... solo quería ayudar.

— ¿Eh? ¡Espérame voy contigo! ¡Anyel! ...ay coño...— agarra la blusa que se había quitado y se la avienta para que le caiga en la cabeza. Toma sus cosas y se va detrás de él, abrazándose a su brazo toda melosa — ¡¿Pero por qué te vas así?! No te enojes, ya no te molestaré así

-Todo lo que dijo e hizo le dejaron sin palabras, claro que estaba algo sonrojado, carraspea para intentar aclarar la garganta mientras buscaba que palabras decir. Le miró brevemente y luego desvió la mirada sin terminar de admirar el jugueteo que ella misma hacía.- ¿No tienes sed? ¿Qué te parece si voy por algo para que te hidrates... si, eso haré. -No espera respuesta, solo se da media vuelta para ir por lo que dijo.-

— ¿No hacer qué? ¿Refrescarme así tras hacer ejercicio o esto porque te pones más rojo de lo que estás? — volvió a apretujarlas frente a él — ¡O al menos que le tengas envidia a mis manos y lo quieras hacer tú!