— No mamá, ya te dije que no. Si me traje la lista... Sí, me pediste especias, pan y mis dulces. Ay, que sí, señora...— iba alegando con su mamá por teléfono, hasta que entró a la tienda y se levantó las gafas de sol sobre la cabeza. No fue hasta ese momento en donde sus ojos se acostumbraron a la luz del lugar que divisó a su amigo o ¿ex amigo? ¿amigo que la ama-odia?. Sonrió con duda y esperanza, luego agitó su mano en un saludo, y antes de que pudiera sacarle la vuelta, fue ella la valiente que se acercó. — Enthon, Holi...

''¿De verdad lo haría? ¿Iría?''
Ni hablar. Cada vez, cuando pasaba cerca de la casa de Maredy ya fuera por tener que ir a buscar algo por ahí o simplemente andaba por la costumbre de tener que rondar por ahí. Cada vez esa idea llegaba a él, a escasos metros del portón de la rubia.
Seguía un tanto molesto, ella había traicionado su confianza e incluso la vez que discutieron, ella lo golpeó e hirió. Tal vez Maredy había cambiado más de lo recordado. Resignado solo fue hasta una tienda cerca en la esquina en busca de una bebida energizante, haría falta ahora que le metía más relevancia al ejercicio.

—Algunas amistades terminan, no pasa nada...