—La otra mirada profunda que tengo es hacia el futuro, cuando mate a los demás príncipes y me haga con el trono.—

Se notaría confiado de sus palabras incluso una sonrisa se mostraría en sus labios a lo que volteó a verle.

—Es una broma.—

Lo dijo con naturalidad, aunque en sí, era una realidad él quería el trono del inframundo para él.

—¿De verdad? Eso significa que ama las estrellas tanto como a su amado o... ¿A su amado tanto como a las estrellas?

Su mirada dejó de estar en la ventana y la enfocó en los ojos de la rubia mientras que con una mano haría un pedido de 2 cervezas para su mesa.

—Cuénteme más, ¿Qué ocasionaría una mirada más profunda en usted?

—Adelante.—

Se hace a un lado dejando un espacio a su derecha para luego volver a ver la ventana.

—Aunque debo decirle que no es lo mismo lo que yo miro a lo que usted puede mirar... ¿Usted a que miraría con ese semblante?

—Hm... Solo contemplo la vida misma, la noche, la oscuridad... Las estrellas.— Su mirada pasó de aquella ventana abierta hasta donde se encontraba la paladín, a quien sonrió ladinamente. —Buenas noches.