- Negó con el rostro, sabia que no los volvería a ver. Pero no se quejaría, no diría nada. Se despidió de su mas apreciado padre con lagrimas en los ojos. Lo único que quedo en su habitación fue una carta para Yuu, si la leía o no, ya no importaba, pero en ella exponía todo lo que sentía, todo lo que paso y todo lo que lamentaba.

Abandonó la isla de los sabios después de hablar con Lilia. Decidió ir a un lugar lejano, el bosque sombrío era un lugar temido incluso por los mejores magos. En ese lugar se impondría un hechizo de tortura.

Días después de su ida de la academia, una carta de la reina del valle llegó, prohibía la abdicación a su trono pero era tarde, aquel príncipe ya no estaba para acatar esa orden. -

-Malle...

Lo mira con dolor en su rostro, un dolor que nunca le habia mostrado no importa lo que hubiera hecho aquel chico, pero debia reconocer que el acto que ejecutó fue algo que no le podia perdonar facilmente.

- Se que sabrás castigarte a ti mismo, yo... cuidare bien de los chicos, aunque van a estar destrozados.

Sabia que Sebek por encima de todos iba a ser el mas afectado, pero mantendria lo que hizo Malleus escondido de este, no queria ver su reaccion si se enteraba de lo que su idolo hizo

- Te estaremos esperando...

Lo mejor será irme... por un largo tiempo. Tampoco puedo verlo a la cara. Ni a él... ni a ti.

- Ya había alistado sus cosas por anticipado, sin avisar a nadie, a la única persona que se lo diría era a Lilia. Ahora sabía que su error costaría caro, y eso era algo que debía pagarlo solo. -

Solo espero que seas feliz Lilia, por favor, cuida a Silver y a Sebek, y también... se que es tonto pedirlo, pero... cuida también de Yuu. No nos veremos en mucho tiempo, o tal vez...

- Guardo silencio, el castigo que se autoimpondría sería muy severo y tal vez no los vería de nuevo jamas. -

Olvídalo... él pago un castigo mayor a su delito, es mi turno de pagar mis pecados.

Mi corazón duele como no tienes idea... -de hdcho, era la primera vez que lloraba frente a Malleus, o frente a cualquier persona de hecho, asi de inmenso era el dolor que sentia el hada vampiro por lo que habia hecho su chico preciado- Si no te sientes listo para asumir la corona... supongo que puedes decirle...

Hable con mi abuela apenas recupere la conciencia y ella ya sabe todo lo que ocurrió, lo que no sabe es que deseo abdicar. No me siento digno de ser su sucesor, no me siento digno de nada. Pero sabes que es lo peor... que rompí tu confianza.

- Se arrodillo en el suelo devastado. Era capaz de maldecirse así mismo, era tanto su dolor, sentía odio por si mismo, quien diría que lo que fue un sentimiento puro y hermoso se corrompería en algo tan horrible. -

Estoy de acuerdo en que tienes que hablar con Malleficia-dono... pero sobre lo ultimo, eso lo decidirá ella, no tu -se cruza de brazos y baja la mirada, no podia ver a Malleus a los ojos en ese momento- Espero que tu srrepentimiento sea suficiente castigo... pero te lo advertí... y aun asi te dejaste llevar por una venganza que no iba a llegar a nada.

Lo sé... Lo sé muy bien. Deje que mis emociones tomaran control, perdí los estribos y este es el resultado. Es algo que deberé cargar por el resto de mi larga vida. Lilia... creo que, deberé hablar con mi abuela. No soy digno de ocupar su lugar. Solo merezco la oscuridad y la soledad eterna.

-Lilia no lo escondía, estaba decepcionado del menor, sin embargo, comprendia de cierta forma su dolor, pero era dificil verlo con los mismos ojos con los que lo habia visto hasta ahora- Lo que hiciste fue horrible... Malleus... no importa cuanto te doliera su traicion... forzarte en alguien nunca está bien...