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Todo se tiñe en un hermoso negro...
 
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Fuiste tú quien despertó esa locura, te concedo ese mérito mi querido hijo del hombre...

- Una carcajada se escuchó en todo ese salón, mientras el crujir de los vidrios rotos retumbaba como un eco espeluznante. La maldición estaría activa hasta que el decidiera darle un fin, pero la maldición fue dada mas por el dolor que sentía, algo que manifestó un blot intenso en su gema mágica. El hada se iría a Diasomnia, un poco más calmado, observando el silencio el calvario que pronto debería recorrer aquel humano que osó burlarse de él. -
SW-User
Siente un alivio inmediato cuando la mayoria de aquellas espinas salen de su cuerpo, pero al sentir aquel anillo de castigo en su dedo se da cuenta de lo que realmente significaba ser maldecido por un hada

- Estas... loco...

Responde, gruñendo con algo de enojo pero cayendo al suelo de rodillas, aun le dolia todo el cuerpo

- Es normal que todos te teman...

Frunce el ceño al decirle aquello, terminando por ponerse en pie con trabajo y alejarse de el a paso lento y dañado
El calor del cuerpo mundano buscara ser apagado pero no encontrara satisfacción alguna, sera como si miles de llamas rodearan tu cuerpo, lo único que podrá saciar ese dolor, ese calor, esa lujuria desenfrenada... ese deseo será el cuerpo de quien impone este hechizo. Pero sabes algo... te costará mucho despertar en mi el deseo de poder ayudarte, de poder salvarte! Pero te daré una pizca de esperanza... Si llegara a suceder ello, ese momento inevitable, te aseguro que solo habrá más desesperación en tu corazón! ¡Solo así entenderás lo que es jugar con el corazón de las personas!

- Termino su hechizo dejando a un humano moribundo, rodeado de oscuridad y energía pesada. Una sonrisa siniestra volvió a aparecer pero esta vez acompañado de un rostro manchado de oscuridad, como si fuera tinta oscura que se empezaba a apoderar de su ser. -


Ahora vete, veamos cuanto puedes soportar tu castigo.
- Se levantó de su asiento y con la diestra tomo con algo de rudea el rostro ajeno, presionando con desdén la barbilla del humano contra sus dedos, viendo esa miserable imagen y grabándola cruelmente en su memoria. -

Hubiera dado todo por ti, pero decidiste pisotear mis sentimientos, mi amor y mi corazón. Este castigo es poco para lo que mereces.

- Soltó el rostro del humano y con un chasquido las espinas en su mayoría desaparecieron, quedando unicamente unas cuantas en su mano izquierda, las cuales se enredaron en su dedo anular como si de un anillo se tratara, un anillo doloroso que emitía energía oscura. -

Ese anillo no podrás quitártelo, el único que puede hacerlo soy yo, y aquí viene lo hermoso de esta maldición... Así como yo te añore, tu lo harás ahora, con cada día que pase tu cuerpo se ira agotando, perderás tu energía y aparecer un gran dolor si otro hombre se acerca a ti, sentirás en carne viva el dolor de un corazón atravesado por cientos de espinas...

(+)
SW-User
-Tsu... no...

Lo intentaba llamar pero era virtualmente imposible decir cualquier cosa en ese instante, mordiendose el labio inferior y gruñendo adolorido, intentando no gritar ya que sabia que nadie podria ayudarlo en contra de el

- Suel... ta...

De nuevo no puede terminar la frase, aquel dolor punzante y ardiente apoderandose de cada parte de su piel.
Que hermoso puede ser escuchar los lamentos y la agonía de aquel ser que causo tanto daño... es demasiado placentero...

- Se sentó en un sillón que mas parecía un trono, con la mirada cabizbaja pero con un semblante más sereno. La primera parte de su plan estaba en marcha. -

Es difícil hablar ¿verdad? Sabes... las hadas somos muy posesivas con lo que es nuestro, para mi tu fuiste algo valioso, un verdadero tesoro. ¿Que crees que sentí en esa noche? Al verte con ese ... príncipe insulso...

- Su mirada se poso en el humano, observando como las espinas se encajaban más en su cuerpo dejando ver como pequeñas llamaradas verdes en aquellas púas que iban enterrándose en ese delgado cuerpo. -

Fue un dolor espantoso, nada comparado con el dolor que sientes ahora. Es la primera vez que pierdo el control ante una situación y fuiste tu el responsable. Te concedo ese mérito humano. Pero ahora, sabrás lo que es desear algo y no tenerlo de manera inmediata...
SW-User
-Tsunota...ro..Aahhhh!!!!

No se esperaba sentir aquellas espinas contra su cuerpo, mucho menos la picada en su corazon, tosiendo sangre de inmediato y sintiendo como todo su cuerpo dolía de forma intensa

- Mmgh... ugh....

Le era imposible hablar, le dolia todo, pero queria preguntarle sobre la maldicion, costandole trabajo el poder llegar a mascullar algunas palabras

- Que... haces...

Fue lo unico que pudo decir, relamiendose los labios intentando evitar que mas sangre escapara de estos
- Con un golpe certero de su cetro, aquel hilo se fue convirtiendo en densas espinas oscuras que no dudaron en arremeter contra el humano, enredando y lastimando su cuerpo con cortes limpios. -



Sigues oliendo a bestia... es desagradable.

- Con la aguja que yacía en el tope de su cetro, pico el pecho del humano, una pequeña maldición sería impuesto en el humano. -

Ya que quieres hablar hablemos... ahhh pero me pregunto ¿cuanto podrás soportar? A fin de cuentas eres solo un débil humano sin magia. ¿Será que puedes contra la maldición que acabo de poner sobre ti?
SW-User
Cierra los ojos en cuanto aquel grito se escucha junto al relampago, cubriendose los oidos y cerrando los ojos, estando a punto de protestar cuando es atrapado por el delgado pero resistente hilo de aquella rueca

- Tsunotaro! Sueltame!

Tenia miedo de a lo que se podia referir con sus ultimas palabras, tragando en seco y mordiendose el labio onferior

- Sueltame... podemos hablar de esto...
Olvidar... jajajaja ¡OLVIDAR!

- Un fuerte estruendo surgió con ese grito. ¡Como si se pudiera olvidar algo así! Cuanto descaro podía haber en tan escasas palabras... Como un relámpago de luz su cetro apareció, y como una rueca endemoniada empezó a girar aquella rueda, dejando ver un delgado hilo en ella. -



Estas loco si crees que esta afrenta se puede olvidar...

- El hilo de la rueca se disperso como una especie de telaraña, atrapándolo firmemente, aunque fuera un hilo delgado estaba imbuido con su magia, así que sería imposible zafarse de el. -

No nos olvidaremos de nada, por el contrario... ya que te gusta hacer ese tipo de cosas entonces... vamos a divertirnos un poco ¿Te parece?

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