-Silbaba despreocupada del perro que ahora tendría como segunda cola. Total, ya se había acostumbrado al dolor de su mordida, que por más potente que fuera, no la inmutó para nada. Una que otra zarandeada ejecutó contra él, para corregirlo y buscar que se quedara quieto, gruñéndole en una clara amenaza hasta que el golpe sobre sus muslos sucediera. Un grito saltó de la boca femenina, puesto que aquel derribo la tomaría por sorpresa y sus reflejos entorpecieron a la hora de contrarrestarlo, aterrizando de cara contra el piso y los brazos extendidos.-
. . .
-La venita ya resaltaba de su sien. Para cuando girase su rostro de lado, se vería lo roja que estaba por aquel tropiezo, además de enfurecida, desprendiendo la cola para azotarle varias veces con esta por la espalda, sin medir nada. Entonces se inclinó de costado y con un brazo rápidamente le haría una llave en el cuello (?) para tirar fuerte de este y exclamar.-
—Directamente contra su piel fue que ella mordió con toda la potencia posible. Negó, mientras fue estrangulado por ella con tanta sorpresa, Mako no cayó al suelo más flexionó sus rodillas hasta quedar en cuclillas. El aire era privado, y sus ojos señalaban la ferocidad del Ahroun. Tuvo que "caminar" cual crustáceo al ser jaloneado, cosa que odiaba, más era eso o asfixiarse, furioso, concentró su fuerza en las piernas para propulsarse hacía adelante (así no ser estrangulado) y taclearle los muslos, buscando derribarla consigo mismo al suelo. Sus manos rodeaban las piernas para, cual serpiente, inmóvilzarla— ¡Voy a matarte!
-Un último tirón, el más fuerte, dejó a la demonio sin remedio. Bufó molesta, enrojecida del enojo tras soltarle y que éste se hiciera de las suyas, pero el resto de su colita se enroscó al cuello y sin más, le dio la espalda al tiempo que jaloneó hacia abajo para mandarlo al suelo.-
¡Bien! Ahí te quedas pues, una extensión más a mi cola. (?)
-Caminó y al apretar fuerte con la colita, se lo llevó arrastrando con ella. Estrangulándolo a su paso.-
—Ella conocía muy bien al Croatano, y si algo Mako sabía era aguantar y aceptar el dolor. Sus cabellos cortos eran maniatados por ella, pero así sus sendos colmillos, de impronta legendariamente dolorosa se deleitaron en dar una genuina mordida, aunque claro, cuidando de no necesariamente penetrar su piel— ¡Jamás! —Creyó decir, con la boca cerrada— (?)
-Se quejó fuerte por eso, la mordida le había caído de sorpresa, pero en vez de quitarla de su boca permitió que éste se enganchara y así tiró con violencia para atraer su cabeza hacia ella.-
¡¡¡MAKO!!!
-Levantó la zurda y le tomó de los pelos para jalonear de estos hasta que soltara.-
—Dado que, en efecto, estaba vociferando, pudo apresar la cola ajena con sus colmillos casi por accidente al tener la boca abierta, así que se vió capaz de morderle con fuerza aquella extremidad— (?)
