« Back to Album · Next »
—Boring...
 
Newest First | Oldest First
demone · F
-La presión que ejercía sobre su cuerpo era tal, que la hizo quejarse y tratar de removerse de sus brazos, aun si la cara se vio aplastada contra su pecho. Dolía hasta los huesos, sí, pero no iba a reducirla en un 'simple' abrazo. Mordiéndole un músculo, clavando los colmillos sin medir nada, ya que ésta lo tomó como un reto de fuerzas al que no iba a ceder. Su cola de demonio subió con rapidez y en altura al rostro, azotó repetidamente de sus mejillas hasta que la filosa dentadura se desprendiera arrancándole un trocito de piel y que, para no desperdiciar, se tragó (?) terminando por envolverle el cuello con la colita y de la misma forma en que presionaba contra su cuerpo, ella lo hizo con su ajeno.-
¿Quién respira ahora? (?) Perro feo y odioso.
propia prenda, generando el perfecto hogar—

¿Te vas a quedar a vivir aquí conmigo? Que romántico, mira nuestro nidito de amor ¿puedes respirar, no? (?)
De todos modos quiero que me echen, aunque el idiota que me consiguió esto que si fallaba aquí me enviarían con los roehuesos a buscar mierda, definitivamente esto es terrible pero... puede ser peor. (?)

—Dijo el amargado Ahroun, claramente con humor, porque la situación ahora le apremiaba un poco: La mujer que deseaba, carne cruda y una siesta. Aunque claro, ambos eran en definitiva seres que predicaban de cierta manera el caos absoluto, a su modo y con sus propias justificaciones. Incluso para Mako, su propia estancia con Aisha era muy complicada de definir, y pese a su juventud, su clara inexperiencia y terquedad, encontraba en ella cosas que con ninguna otra hembra sintió. Los brazos fuertes del Croatano la envolvieron, de hecho, la aferraron con tanta fuerza que probablemente la lastimasen, sería uno de esos abrazos de raíz, que hacen crujir el cuerpo de las personas como madera seca. Hundiendo de paso el rostro ajeno contra su pecho, una vez que ella se metió debajo de su...
demone · F
-El dulzor que impregnó en su boca, parecía satisfacer al paladar de ambos, todo el tiempo que le permitiera alargar aquel beso y que además tiñó a sus propias mejillas en el acto. La separación le habría sacado un suspirito que soltó en su pecho, sin importarle más nada, ni el rechinar de la silla que advertía una posible caída y que por fortuna, aun con el peso añadido, no cedía.-
Olvídate de eso. La mesa y los muebles siguen intactos.
-Se permitió abrazar, que su cintura quedara envuelta en esos brazos y así, de cierto modo sentirse más acobijada bajo estos. Las piernas trataron de hacer lo mismo con su ajeno, pero una suave mordida añadió a su pecho, sobre la prenda.-
Más te vale a ti no volver a amenazarme. (?) Yo sé cuánto te quiero.
-Sus manos se desplazarían, capturando los bordes de la camisa para tirar de la misma y escabullir su cabeza debajo de la ropa.-
¿Lloverá? Con mayor razón, me quedo aquí.
—Le gustaron esos besos, no era novedad lo mucho que quería a la demonio. Por eso se permitió ese momento de intimidad. Cerró sus ojos, sonreía con cada beso que sucedía, más no quería decir nada, por su propio orgullo. Eso si, al final, cuando sus labios se unieron se dedicó a extenderlo apenas si un poco más. Unos tantos segundos, los suficientes para hacerlo sentir aún más dulce, con sangre incluida.—

Vamos a romper la silla. —Claro que ambos tenían su respectivo peso, y el asiento un poco se quejó de eso, marcando ese ruido rechinante, más no cedió. Mako le rodeó desde la cintura para apoyarla encima de sus piernas, cruzando por el vientre ajeno, por debajo de sus pechos. Ahí, sin moverse mucho, se permitió reclinarla más para que ambos quedasen casi recostados— Oí que iba a llover hoy. Y si, más te vale que lo hagas. Yo te quiero más.
demone · F
-Se separó y levantó del sofá, acercándose por un lado de la silla para verle en su nueva postura y tomar el filete que hizo de lado, dándole una mordida más grande que hiciera de la sangre escurrirse por la comisura de sus labiales.- ¿Dormirás? -Tiró la carne de sobra en la mesa, salpicoteándolo todo sobre el montón de papeles. Y al ubicarse detrás de la silla, se agachó para que a una altura propicia pudiera besarle la frente, ignorando las manchas frescas que pudiera dejarle en el recorrido, ya que otro beso alcanzó su nariz y uno más suave atrevió a plantar en sus labios.- "Dormiremos" es mejor. -Incorporada, le rodearía por un lado, para subirse en él. Las piernas se acomodaron entre las suyas y con inmiscuir sus manos bajo la espalda contraria, le abrazó bien aferrada, que incluso la mejilla se aplastaba contra su pecho al cerrar los ojos con una sonrisa más amplia.- Te quiero, tontito.
Olvídalo... Ya se me ha pasado el apetito. —No entendía muy bien las razones de sus emociones, así que prefería centrarse y censurarse. El ahroun le permitió cortar aquel filete, conocía bien esa piel de la demonio y sus tintas, le vulnera más de lo que desea. Mako alza sus piernas hasta por encima del escritorio, y busca reclinar su asiento, cerró sus ojos para opacar la vergüenza— Dormiré una siesta, de todos modos ya no tengo nada que hacer. —Era más fácil ser un frío gélido antes que sentir que decía alguna tontería, bufó, cruzado de brazos como un niño dejando el filete de lado—
demone · F
-No le dio tiempo de masticar. La porción en su boca se la tragó del susto cuando éste la sorprendiera por los hombros y se le escuchase pasar dificultosa la carne por su garganta, con una gotita de sudor resbalando por su sien al imaginarse lo peor. Los ojos no le perdieron de vista al momento de cruzarlos, sentía esa prepotencia sobre los propios que la hizo cerrarlos esperando alguna llamada de atención, mas su respuesta fue más que inesperada. No lo creyó aun después de él apartarse.- ¿C-cómo? -Verle de nuevo en la silla no evitó que su rostro se tiñera color rosa tras de procesar lo que dijo, y como una manera de llamar su atención al comer, posó sus manos en los muslos contrarios.- Mako... -Inclinaría su torso para estar más cerca. El rostro afiebrado de la demonio parecía encaminarse al suyo, pero un desvío hacia el filete reveló su intención al cortar un pedacito con los dientes.- Te lo estás acabando todo tú solo.
¿Y ellos que importan? De todas formas les das muerte. —Mako era muy duro cuando hablaba de verdad, preferentemente por la poca paciencia que tenía al tratar con otros seres porque él nunca toleraba mucho a nadie. Le dejó morder aquello, más el Ahroun la sostuvo de los hombros, dejando caer el filete contra su silla. Mako se irguió con bastante firmeza, aunque sus deseos de ser aún peor fueron controlados. Buscó sus ojos con los propios, quería que esa vista color miel se ciña contra el escarlata ajeno— Que comas carne cruda como yo no cambia nada en lo que siento... Yo creo que eres la criatura más hermosa de todas. Punto. —Le soltó, mientras que volvía a sentarse en la silla, por vergüenza con lo que dijo, tomó el filete y se dispuso a comerlo, dado que tampoco le agradaba la idea de que la demonio se vea a menos—
demone · F
Ya sé que tú no, pero otros sí... -Tiró más del cartón, para alcanzar la base y hundir su cara de lleno en la bolsa, así por lo menos degustaba la sangre que se impregnaba. Y cuando su rostro se despegara de la bolsa para verle, se relamió, con algunas manchitas en la cara.- ...Antes de que me los comiera. -El filete casi entero en su mano le resultaba más llamativo que el trocito en su boca, pero casi se vio forzada a seguirle cuando lo sintiera por su nuca y la sola cercanía despertara un ligero rubor en sus mejillas. Fingió asco por el pedacito entre sus dientes, cuando en verdad se moría por un bocado. Cayendo en tentación a morder tímidamente la porción que sobresalía de su boca.- A mí me importa lo que tú piensas.

Add a comment...
 
Send Comment