No te...¡Grr! —Gruñó al sentir sus molestos dientes contra la piel, pese a que su carne morena era complicada de ser marcada, ella podía con su terquedad y fuerza. Le dio un topetazo con su frente, sin escatimar la fuerza para quedar pegada contra ella— ¡¡Muerdas!!

S-i-e-m-p-r-e.
Y si no fue así es porque tú te lo buscaste.
-Agregó al final cuando de nueva cuenta se abrazara a su cuello y escondiera el rostro bajo este. Gruñendo hasta plantarle un mordisco en la piel lo suficientemente fuerte como para marcarlo cerca a la yugular.-
Cállate, esa no fue la razón.

¿Siempre, dices? —Recordó en ese momento la cantidad de veces que le golpeó en la cara con ella, la cantidad de veces que él le tironeó para arrastrarle. Bien apreció como su cuerpo se amoldó a sus amplias manos, recordaba bien esa silueta carnosa y bien se molestó en palparlos a su gustó. Comenzó a caminar como si nada pesase, porque así era, de todas las cosas no esperó que mordiese aquel blanco colmillo expuesto, claramente animal— ¿Cuántas veces lo intentaste? Yo creo que la razón por la que no te querías quedar es porque no puedes admitir que no quieres matarme. (?)

Mi colita siempre fue buena.
-Y apresándole con ella, se acurrucó en su pecho, tendiendo la cabeza sobre uno de sus hombros donde cerró los párpados y allí pretendió descansar, no por mucho tiempo ya que al sentirle con las manos adueñadas a sus glúteos, se alzó a verle curiosa y en una media luna que sus labios trazaron, acomodó esas nalgas entre sus palmas casi tallándose sobre estas.-
Llévame entonces, que me espera una carne bien jugosa. ~
-Su diestra que subió, posando la yema en sus labios para hundirse entre ellos y tirar suavemente desde una de sus comisuras, exponiéndole los filosos caninos donde se acercó a besar uno de ellos, el más sobresaliente, para luego lamérselo.-
Siempre está la opción de matarte y saciar mi hambre. (?)

—Podía ser gratuitamente desagradable si se lo proponía o por el contrario, absurdamente dedicado a complacerle o a complacerlos a ambos. Rezongó en voz alta, casi como un gruñido al sentir el aroma de la mujer por su parte— Tengo que admitir que hasta extrañaba a tu cola... —Dijo burlón, en lo que se sentía a gusto con la energía que ella le emanaba— Umh, claro, de comida, de lo que ibamos a comer... (?) —Por el mismo impulso, Mako le sostuvo desde las nalgas contra su cintura, asegurándose de que bien adherida y pegada a él quede. Por otra parte afirmó—Lo entiendo, el te necesita también, pero seguro me odiaría si sabe que su madre anda por ahí con hambre (?)

-Se apretaba contra él y sus voluminosas carnes parecían moldearse bien a su musculatura hasta incluso resaltar por encima de esta. No pudo desaprovechar ese instante en que sus cuerpos se ciñeron para restregarse melosa y que por lo menos algo en su embriagante aroma se impregnase a sus ropas. Deslizando esa colita demoníaca tan escurridiza y propia de la albina para enredarse a la cintura ajena y acariciar su espalda cuando el muslo le acorralara.-
Qué rico. (?)
Pero seguimos hablando de la comida ¿cierto?
-De un impulso se trepó a su cintura con ambas piernas, ahora cruzadas alrededor de éste para sostenerse a la par que sus brazos le rodearon por el cuello y besó su nariz.-
Igual no voy por la carne, quiero ver a nuestro gato. Lo extraño.

—Sus ojos se afilaron con ímpetu, en esos pequeño momentos donde se arrebataba y se volvía el fiero animal hambriento que tanto le caracterizaba. Mako le acercó aún más, un poco más como para que ambos cuerpos no tuvieran lugar al que ir. Sus dedos, sin ser garras, poseían esa fortaleza digna de un depredador. Su otra mano le elevó el muslo a altura de aquella rodilla, y el beso, le robó uno más a posteriori de su avance contra su cuello— ¿Ah? Tengo mucho, mucho para ti. Podrás repetir toda la noche, eso sí, al otro día no vas a poder moverte de lo... llena. (?)

-No podía contra todo lo que aquel le estaba provocando, desde la estrechez de sus cuerpos al aprisionarle la cintura hasta la intensidad con que el mordisco se llevó a cabo. El ardor yació latente en su lóbulo ahora humectado por ese constante jugueteo que adormecía sus sentidos e hizo hasta cierto punto suspirar de nuevo. No buscó más forcejeos, se dejó hacer en su atrevimiento y una rodilla avanzó lenta por entre sus piernas hasta presionarle. Ladeando el rostro que con una sonrisita traviesa alcanzó la del masculino para besar su mentón.-
Me quedo con la buena y grande. ~
Espero no dejarte hambriento, porque puede que repita. (?)

—Claro que conocía bien lo que le gustaba y lo que no. Mako se abrazó a la cintura de la opuesta con la fuerza de aquel brazo, cuando sintió como se estremecía aumentó todavía más el ritmo de su mordida, al punto de jalar con casi ternura esa suave carne hasta él. Los ojos del Ahroun posaron en ella demostrando su genuina hambre— Lo sé, tengo una muy buena y grande para ti, justo como te gusta. —Le susurró de nuevo, que ella interpretase lo que desee. Más al sentir aquella mano, deslizó su cara para poder apoyarse en su palma, y ahí besarla— ¿Por qué no podemos tener una buena entrada como nos gustan, luego el plato principal y el postre? (?)

-Hizo un leve puchero al tenerle de reojo apoyado en su hombro, el cual terminó encogiendo al sentirle tan cerca, donde la calidez de su respiración le erizaba la piel y un quejidito escapara de los labios femeninos ante el suave tirón de su oreja que bien hubo de estremecerla, delatando su clara vulnerabilidad hacia él.-
S-sabes lo mucho que me gusta la carne...
-El ardor ascendió por su rostro y aunque marcara su ceño, tembló al momento de dirigir una mano hacia el rostro ajeno en un intento por apartarle de ahí.-
Pero no hagas que me dé otro tipo de hambre, te quieres saltar al postre. (?)