« Back to Album · Next »
–¡Basta!
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
—No le quedó otro remedio que soltarle cuando le tocó los ojos. Malhumorado, Mako la vió avanzando por la ventana de la cocina. Tomó los restos de la comida y se los arrojo por la espalda, esperando ensuciarle las nalgas, la espalda baja y también sus hombros—

¡No regreses apestosa! O veras lo que te pasa.
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment