Las siento. No sé que me ocurre, pero dentro de todo cuando te acercas se me pasa. -Se quejó, pero sentía al menos la lúgubre alegría de saber que con ella no le pasaría aquello, era tranquilizador mientras le daba pequeños tragos al té. No le molestaba la cercanía, pero si se sentía su molestia- Lo hace, me siento un poco mejor.
¿Aún sientes náuseas? —Conociendo el motivo de su enfermedad, se le acercó un poco más hasta estar bastante cerca de él, mirándole al rostro con curiosidad e interés.— El té te hará sentir mejor.
Mmh. No sé que me pasa. -Dijo con una mezcla de lamentos, un suspiró que se escapo de sus labios mientras se rascaba el mentón. Aceptó el termo, y se puso a beber despacio, de mala gana agradeció- Gracias, está bien esto.
—Justamente venía a traerte algo para tu indigestión. Probablemente no sepa muy bien, pero te servirá. —De su bolso, extrajo un termo cerrado, estaba tibio y tenía un olor a jengibre y menta. —Tómalo despacio.
