—Siempre y cuando cumpla su propósito, no veo por qué no tendría que utilizarlo. — Es un comentario lleno de tranquilidad que contrasta con el lenguaje corporal y verbal del muchacho que tiene frente a ella. Caia no estaba a punto de alimentar el fuego que parecía que él llevaba, no al menos por ese camino que lo incitaba a soltar algo más atrevido que lo anterior.— Si no fuera mi asunto no lo estaría preguntando, créeme. —asegura esta vez con un pequeño encogimiento de hombros. Aunque debe admitir también que su trabajo ha echado raíces en su vida diaria, condicionándola a adoptar ciertas actitudes como ayudar a un desconocido atacado. O preguntar si hay osos salvajes propensos a atacar de tal manera que pueda ocuparse del asunto.— ¿Provocaste al animal? ¿Crees que está hambriento?

No te debería preocupar, no es asunto tuyo. No eres guardabosques y por tu acento, eres extranjera. -Le miró con total ímpetu, no tuvo más que solamente una breve y sincera. No era para nada sociable, y lejos de todo, le caían muy mal los que venían de metiches de afuera- ¿Cómo me curaste? Es peligroso lo que hiciste, muchos seres detestan que utilicen esas cosas aquí.

Caia comienza a guardar su serie de accesorios en los diferentes bolsillos repartidos alrededor de su cinturón. Impasible y con una pequeña sonrisa de satisfacción con el trabajo hecho.— Podría haber sido peor —razona— como si intentara ayudarte sin saber exactamente qué estoy haciendo. — Comenta en un tono más ligero. y después se encoge de hombros. No le pasa desapercibido esa cara de pocos amigos pero Caia siempre ha sabido cómo navegar entre diferentes aguas para mantener una relación de respeto.— Entonces, ¿debería preocuparme de que ese oso ataque a civiles o no?

Aja. -Era tan pobremente socializador que esa fue su única respuesta. Suspiró al sentir el adormecimiento, algo sentía y ese algo no podía ser simple medicina ¿Era una Ghural también? Por momento simplemente le preguntó con los ojos color miel que tenía. Evitó mirarle luego, miraba el lejano bosque de donde había venido de entrenar, apoyó sus brazos desnudos en el suelo que se extendían con heridas curadas por toda su extensión. Los cabellos despeinados caían por su rostro- Tu dirás, para mí si estuvo mal.

Es todo lo que necesita. Caia ha sido preparada para liderar y aunque a rasgos generales parezca por su habilidad de las llamas azules, sabe que también tiene que ver su rapidez en solucionar problemas sin recurrir a medidas extremas, así que conforme inspecciona la herida y saca de la cantidad de bolsillos repartidos en su cinturón, procura también mantener una actitud serena para contagiársela al contrario. Solo interviene cuando le debe advertir.— Esto te va a arder un poco.

Reconoce la gravedad de las heridas, pero prefiere hacer preguntas después. No solo para saber exactamente qué hizo, sino también para procurar que nadie más acabe así.— Concéntrate en el calor. — Puede ahí reparar que tiene la izquierda en la parte posterior de su nuca donde su nuca expande una sensación cálida y adormecedora para cuando debe aplicar presión en la herida. No pasa mucho hasta que la encuentra vendando.— No estuvo tan mal, ¿no crees? — No vaya a faltar el sello: un nudo limpio.

... -De por sí, la respuesta era un "no" pero la verdad es que de nada servía yendo por su cuenta así. Si le atacaban era historia, ni por favor, ni gracias. Se dejó caer en el suelo, estirando su pierna herida. Tenía la garra marcada tan fuerte como una puñalada, parecía milagro que pudiera siquiera cojear. Ese fue "Si" en idioma Mako-

Repara en la cojera, en la fatiga y pasados unos segundos, finalmente se detiene. — ¿Me dejarás tratarte? Puedo hacer algo con esto. — Retira una de sus manos de la chaqueta, revelando un pedazo de su camisa que dejó atrás.— No va a tardar mucho y te sentirás mejor.

-Ya de por sí que alguien no se muestra asustado ante un tipo que viene manchado de sangre, con los nudillos chorreando de sangre y el cabello despeinado, sumado la usual cara de malhumor que tenía. Caminó con cuidado, cojeaba de una pierna- Un oso, eso.

Caia asiente con la cabeza pero solo cuando él voltee se dará cuenta que ella irá en la misma dirección. Las manos las tiene guardadas en sus bolsillos y su distancia se tambalea entre algo lejos y cerca. El punto medio, perfecto para alguien que no busca conflictos mas no niega la posibilidad a ayuda.— ¿Qué pasó?

Buena vista tienes ¿Eh? -Escupió un pedazo de carne al suelo desde su boca, y sin más, se arrancó la camisa rompiendo los botones que cayeron al suelo. Dejó la tela tirada, mientras caminaba alejándose- Deberías irte, es peligroso.