— El clima lo amerita, Denji-kun.

Tan factible de leer lo contempló desde la lejanía, era una clara trampa para atraerlo, sin embargo, a penas sería el comienzo de su único propósito. Ladeó la faz declarándose inocente de sus propios actos mientras guiaba el indice al mentón.

— ¿Acaso no es de tú agrado?— La diversión en tal seudo timidez estaba presente aunque ocultará con serenidad y control de la situación a su absoluta merced, para por último una sonrisita supuestamente ingenua agregar.