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Yᴏ ɴᴏ ɴᴇᴄᴇsɪᴛᴏ ᴜɴ ᴘᴇʀʀᴏ ǫᴜᴇ ᴅɪɢᴀ "Nᴏ". Tᴏᴅᴏ ʟᴏ ǫᴜᴇ ᴘᴜᴇᴅᴇs ᴅᴇᴄɪʀ ᴇs "Sí" ᴏ "Wᴏᴏꜰ". ¿Hᴀs ᴄᴏᴍᴘʀᴇɴᴅɪᴅᴏ, Dᴇɴᴊɪ?
 
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Makimaspet · M
Deleite, embriago y una sensación de docilidad brotó ante la permisividad inédita que le daban desde el segundo en que fue capaz de comer de su dedo con esa devoción y entusiasmo. Lentamente, su cuerpo empezó a sentir las oleadas de electricidad que carcomían su cordura a pasos agigantados. Y acalorado, sus ojos fueron presa por segunda vez de los ajenos una vez los abrió al sentir su cercanía.

A continuación, un gemido emanó desde el núcleo de su garganta; tan puro y auténtico, que podía jurar derretirse en medio de esa escena. Al despegarse de su labor, la bocanada de aire que tomó fue por el ahogue que sentía al no dejar de chupar su pulgar. — M—Makima.. s-san.. y-yo.. ¡M-Me gustas! M-Me gustas mucho.. —
El triunfo era inminente y hacía idónea alusión a su verosímil nombre demoníaco, no era conformista, sin embargo, bastaba con dedicar un poco de atención para tener al adolecente "comiendo de su mano". Tan factible, sin dificultad, no era retó alguno; cruel sin duda alguna, aunque efectivo.

Contemplarlo era toda una exquisitez, más aún al enfatizar como esos labios pretendían adueñarse del pólice cuan lactante hambriento, ambicionando a más, sin límites. La humedad era embriagante, además de apetecible algo que apremiar, pese a ser previsto, entonces, cada sonido manifestado sería protagonista a la vez que acechaba su prominente silencio. Paulatinamente el deleite se esculpía en esa faz considerada por algunos "angelical", merecedora de belleza superior y relucir tal sonrisita.
Makimaspet · M
Carente de cordura, su psique parecía incapaz de procesar aquel instante que se dilataba en el tiempo, y se volvía eterno para él. Tragar saliva era ya una muletilla sensorial, así como sus pupilas que escaneaban la veracidad del interés de su ama. Parecía mareado, y todo por la inmensa y serena presencia que la mirada ajena le reflejaba.

Cuando creyó que podía persistir, fue cuando más ingenuo estuvo; pues ni siquiera se percató de que le leía tan bien, como para volver a tomarle por sorpresa al sentir su pólice en su lengua.
Ya le era imposible vocalizar, y su primer instinto fue atraparle en sus labios y en boca para probar de ella.

Ahí fue cuando la faceta del menor se trastornó, y la sinceridad brotó en cada una de sus expresiones sufridas; de cejas fruncidas, y ojos cerrados. Se dedicó a saborear el gusto de su piel, y gimió ante un placer mas bien inusitado. Inspirado completamente por la tensión y expectativa de quien más creía amar.
— Denji-kun.— Promulgó con cierto énfasis, en esa tonalidad melodiosa, seductora hasta para el más incauto y precipuamente designada solo para él. Si bien, propiciar toda inquietud era un deleite para Makima, las concesiones mutuas idóneas su mejor carta. A causa de ello, tan solo por simple provocacion relamio sus labios, fascinada en persistir con aquel juego entre ambos, pese a la parsimonia que expresaba su obvia gesticulación; lo usual en ella. El silencio era acreedor y observarlo cuan seudo atraída por él su mayor habilidad para aprisionarlo.

De un segundo a otro con el pulgar delineaba el labio inferior, acariciando, sutil para posterior introducirlo espontánea, sin previo aviso.
Makimaspet · M
De primeras, el sin decoro de su expresión explicó la felicidad correspondiente de obtener la aprobación ajena; La más escasa, la que en el fondo más le llenaba, y la única que en verdad le importaba. Los ojos se le cerraban, y el roce fue suficiente para hacerlo relamerse. Tembloroso por los nervios de creer que obtendría más, tragó su propia saliva y sin saberlo se quedó hipnotizado en las pupilas de sus peculiares ojos, con la boca abierta, y tan atónito que tartamudeaba. ¡M—Makima-sa..!
Buen chico.

Consideró que el simple, pero seductor roce de sus labios sería el premio conveniente, sobre todo incitante para su dulce mascota.
Makimaspet · M
¡S—Sí! Digo.. ¡woof! (?)

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