«Sueña conmigo, encaprichate, moja tu coño de maldición con ello». Le dijo mientras sacaba una paleta de su bolsillo, le saco la envoltura y la puso en la boca ajena, tenía gusto a sandía.
«Claro que te gusta, es lo que te moviliza para ello» Alzó sus hombros con cuidado, mientras que su índice señalaba el suelo. «Soy un niño mimado ¿qué esperabas? Pero uno muy guarro».
«Ah, vamos, sé lo cachonda que te pone el peligro» Se reía, mientras extraía esa lengua rosa de su boca para relamerse sus labios, tenía un piercing ahí y los ojos negros como dos escarabajos de ébano.
━Hizo un mohín de disgusto al imaginar la escena, empezaba a desatar las ideas que se había fabricado dentro de su cabeza, no iba a ayudarle a entenderlo. Reacia, ladeo la cabeza, analizando sus palabras. No iba a arriesgarse. Retiró su palma de su pecho.━ Mmm puede que decida hacerlo más tarde, después de todo no querría hacer enojar a tus "Padres".
«Claro que lo hacen, todos cagamos. Hasta los dioses ¿por qué crees que no?» Orgulloso de como comunicaba su mensaje, Seijun resopló uno de sus mechones oscuros que caían sobre el rostro. Sentir la mano en su pecho le hizo mirarle, ella con seguridad podría sentir no solo sus latidos, sino la poderosa energía que recorría al Magus.
«Debes hacerlo, o se enfadaran mucho, y te harán cagar, pero hacía adenteo ¿entiendes? Kukukú»
━ Seijun... las maldiciones no "cagamos" al menos no como los humanos. ━llevó su indice a sus labios en ademán pensativo. Cerró y abrió sus párpados para cosquillear los contrarios, y tomó distancia nuevamente━ ¿Sabes? por esa razón investigue a qué te referías con lo de inodoro, es bastante curioso tu manera de hablar, pero... muy práctica. ━se encogió de hombros y una risa infantil se hizo presente. Colocó su diestra, palma extendida sobre el pecho del hombre━ No creo que deba pedir permiso, pero ya que lo mencionas tal vez lo haga.
«Y nadie lo entiende, es una mierda muy olorosa e intrincada, se pega directamente a la esencia de porcelana del inodoro que es la vida» Explicó, sin pudor alguno, de hecho, chocó su nariz con la ajena, sin cerrar esos ojos oscuros contra los opuestos, sus pestañas se rozaban y se veía como un ciclope, como decía él. «Tendrías que pedirle mi alma a sus dueños, mi Madre y mi Padre, quizás ellas te la presten para jugar, Mahito.»
━ Mmm supongo... a veces no entiendo por completo el concepto del amor. No pierdo mi tiempo en ello, el odio y sus derivados siempre han sido emociones fuertes y puras. ¿También lo es el amor? ━preguntó y nuevamente acortó la distancia entre ambos, tanto que sus narices casi se tocaban. Su curiosidad y necesidad de reforzar sus conocimientos sobre el alma palpitaban dentro de ella.━ Haha, no me cansaré de decir que tu poesía es de verdad, confusa. Me pregunto... ¿me dejarías experimentar con tu alma? te prometo que te cuidaré. ━
