Las manos y los dedos se ensancharon y los huesos comenzaron a crecer desde sus pies y se extendieron por el suelo como raíces que se expanden y se extienden, se expanden y se extienden… Así por toda la habitación, más allá del límite. ━ ¿No es hermoso como el alma puede ser manipulada y seguir con vida? ━ Mahito realmente no tenía idea de cuánto duraría, cuando su obra de arte se completó, una flor de extremidades retorcidas y huesos extendidos fue lo que mostró, y eso fue, solo el comienzo de su experimento. Ahora empezaba la etapa de observar la reacción. ¿Cuánto tiempo vivirán, cuánto tiempo hasta que empiecen a pudrirse, se marchitarán como una flor o explotarán?
Mahito se arrodilló cerca de sus experimentos, asegurándose de quedarse fuera del perímetro. No necesitaba tocar las malditas cosas, solo necesitaba… hacer uso de ellos. Como si fuera a tejer alambres. Ella era la marioneta, pero ¿quién sostenía sus hilos? Sin pensarlo un segundo más, levantó las manos y los pequeños pedazos de carne comenzaron a convulsionar y moverse. Cada uno extendiéndose y girando uno hacia el otro en el medio mientras sus agonizantes rostros estirados se contorsionan y fusionan. “Qué hermosa vista”, pensó. Los humanos aún vivían, incluso con sus cuerpos retorcidos más allá de lo imaginable mientras su corazón aún latía y su alma florecía. Era fascinante, observaría y controlaría cada movimiento a medida que floreciera el giro, las bocas se retorcían y las lenguas salían y se estiraban como los pétalos de una flor.
━ No estoy enojada contigo, es que… agh, no puedes cambiar lo que eres. Claaaro queeee eso no me da derecho a nada, más que a imaginar. ¿Te incomoda mi mirada? ━una extraña e incómoda mueca que intentaba simular una sonrisa se extendió en el rostro de la maldición, sus dientes visibles cuando miró de vuelta hacia Geto con una especie de parpadeo alegre en sus ojos. Quería saber si aquello le hacía sentir incómodo, en lo más mínimo. Quería saber qué le podría incomodar y además, era terriblemente entretenido estudiar sus expresiones. Contrario a lo esperado, la pregunta no la hizo sentir enojada, ¿por qué lo haría?
Mahito se arrodilló cerca de sus experimentos, asegurándose de quedarse fuera del perímetro. No necesitaba tocar las malditas cosas, solo necesitaba… hacer uso de ellos. Como si fuera a tejer alambres.
Pero la invocación y el transporte interdimensional están más allá de las capacidades actuales de Mahito, hasta donde él sabe. Entonces, ¿qué monstruosidad total ha cocinado su extraña mente en su lugar? ¿Podría ser?
No, no tiene idea.
━ ¿Bien? ━ Él mira hacia arriba, la sonrisa cada vez más amplia.
Vaya, cuando odio. Si Geto fuera un hechicero débil o sintiera las cosas como antes, la mirada de Mahito hubiera causado escalofríos en su espina dorsal. El estado emocional de la maldición y su impulsividad simplemente servían para resaltar la niña que todavía es. ━ ¿Estás enojada, Mahito-chan? ━ una pregunta inocente, perfectamente inocua, pero conociéndola cualquier cosa que aluda a su lado humano es un insulto. Por suerte para el hechicero, contaba con todo un arsenal a su disposición. Dando vueltas a lo largo de la demostración de Mahito, sus ojos penetrantes permanecen bajos, sonriendo para sí mismo como un maestro ansioso por revisar el pequeño experimento científico de su alumna.
A primera vista, parece una invocación fortuita de algún tipo, varios humanos apoyados perezosamente para crear una forma vaga.
━ Tu necesidad de una comunidad… No creo que esté presente en toooodos los humanos, pero si tal vez en la mayoría. ~
¿Te disgusta?... me refiero, a mi habilidad. ¿Sabes? No siento nada más que curiosidad cuando lo hago... Pero seguramente para la mayoría, esto es bastante horrible. ¡Especialmente para un humano!
━ Quiero APRENDER, ese es mi instinto. Eso es lo que anheló. El instinto de destruir… es, bueno no me importa destruir de vez en cuando, personas, el medio ambiente… lo dejo fluir. Quiero deshacerme de la humanidad. ━Por un momento sintió un impulso de violencia, malicia hacia Geto, antes de volver a su alegre ser. Mahito jamás apuntaría hacia Geto, ¿o sí? Nooo… se encogió de hombros ante su propio pensamiento dejando salir una risita. Empezó a transfigurarse y se alejó de la instalación recién hecha de los trozos de carne. Sus ojos empezaban a cambiar de lugar.
La maldición escuchaba a Geto divagar, se inclinó hacia donde tenía un par de trozos de carne humana en el suelo, se enderezó pensando si necesitaría otras 3, finalmente tomó los demás trozos. Acomodándolos. “Cuanto más, mejor” pensó con una sonrisa satisfecha. Su tren de pensamiento se detuvo cuando volvió a ponerle atención al azabache. ━ Mmm… tal vez quiero poder, pero es no es mi prioridad ~ ━Mahito permaneció inmóvil un segundo, su mirada moviéndose hacia adelante, mirando fijamente la nada del aire mientras su sonrisa permanecía más sutil, luego se agachó y colocó el tercer trozo de carne humana en el suelo a otro metro de distancia, a la misma longitud de los otros dos... Creando un equilibrio ilusorio. Necesitaba conseguir más... o no, estaría bien con esto por ahora. Volviendo a centrar su atención en Geto una vez más, soltó una carcajada y luego se burló.
La entonación de Mahito le saca una sonrisa indulgente. ¿Cómo, en efecto? se da cuenta de que hay una diferencia porque aunque Geto esté perdiendo su humanidad en cada día transcurrente. Mahito sabe y cree que es uno. Y, sin embargo, la idea de compararse con un espíritu maldito del calibre de Mahito hace que sus entrañas se revuelvan con un disgusto desenfrenado. Ah qué contradictorio le parecía. ━ Tu anhelas poder y destrucción así como los humanos lo hacen por una sensación de comunidad, pertenecer, intimidad ¿no? ━el impulso simplemente crece con el tiempo. y ¿no es eso, al fin y al cabo, el anhelo? una simple necesidad?
━ Tu me salvaste, no me gustaría hacer eso… incluso si tu salvación… es… mmm. ━Fue incapaz de conseguir las palabras que quería, llevó sus ojos heterocromáticos hacia Geto, mirada ausente mientras una sonrisa se formó. Una sonrisa simple, que carecía de emoción, una pincelada que formaba una línea delgada. Pero, ¿realmente de qué tendría que estar enojada? Ella sabía que aquello iba a pasar, era inevitable.
