Pareció perderle el rastro a los policías así que empezó a caminar con más tranquilidad. Claro que era extraño ver a un individuo cargar con un poste en su hombro y a una mujer colgada sobre este.

—¿Ah? Te bajaste, entonces... —Rhyven soltó el poste con cuidado y se inclinó para pegarle en la superficie una nota con el número de su teléfono para pagar los daños—. No esperaba esto.

Suspiro con cansancio.

—¿Será por las buenas o por las malas? —Con una sonrisa macabra advierte invocar el resto de su armadura.