— Asi es. Este es el lugar. Puedo percibirlo, el aura, la energía proveniente del caos es sofocante... ¡Oh! Vaya, que interesante. — Expresaba inicialmente con calma, hasta el momento de recibir una nueva visión, la cual le dictaría los futuros eventos en ese sitio. — Al parecer no somos los únicos visitantes. Soldados, vendrá una carreta en esa dirección. Bajo ninguna circunstancia la ataquen, no importa que pase. — Proclamo la reina, mientras uno de los soldados abría la puerta del carruaje, para que esta pudiese salir.

Una vez abierta, la reina de Luminous, bajo delicadamente del carruaje, colocándose justo hacia la dirección donde ella indico que personas estarían prontas a llegar al lugar. — Lord Ao. Dios supremo... Permite que nuestros aliados lleguen a salvo. —

junto con algunos guardias para salvaguardar el bienestar de la reina, emprendieron el viaje hacia el pueblo que fuese atacado de manera más reciente, teniendo la esperanza de hacer frente a aquellas criaturas, y así culminar con ellas de una vez por todas.

El tiempo transcurrió de forma natural, y tras un par de horas de viaje, finalmente llegaron al pueblo. Los soldados se esparcieron en toda el área, y de esta manera se cercioraron de que aquel lugar tenía tan solo un par de horas de haber sido atacado, teniendo como visión desalentadora a un hombre desconocido colgando justo en la entrada del sitio, quien era vorazmente devorado por los cuervos. — Su majestad... Este lugar. — Titubeo uno de los soldados que le acompañaba, mientras ella se limitaba a observar desde la ventana. (…)

En ese momento, ambos miembros del consejo voltearon a verse entre sí con algo de angustia. — Su majestad, apreciamos su bondad por sobre todas las cosas, pero... ¿Está segura de que es esa la mejor decisión? Recuerde que... — Expreso nuevamente el consejero de mayo rango, pero fue abruptamente interrumpido por la reina. — ¿Acaso estas cuestionando mi autoridad? Mi palabra es ley, y si he tomado la decisión de afrontar este problema de manera directa, lo mínimo que espero es que hagan todo lo posible para que puedas partir lo más pronto posible. — Respondió en una tonalidad fuerte, pero sin llegar a la descortesía.

Así entonces, todos los que estuviesen a cargo en la preparación del viaje, pusieron manos a la obra para que la reina partiera lo más pronto posible. Preparando el carruaje principal de la familia real, (…)

(…) — Su majestad. Hemos recibido terribles noticias de diversos pueblos sobre el avistamiento de criaturas caóticas. La caída de soldados es exorbitante, y si esto continua, no demorara mucho en ser un problema para Luminous. — Expreso una de las personas del consejo, quien parecía conservar un rango mayor al que lo acompañaba.

— Ayer por la noche, tuve una visión. Estas criaturas parecen perseguir algo en particular; de momento desconozco su origen, pero puedo asegurarles que no son invencibles. Aun así... No podemos permitir que existan más baja de soldados e inocentes; por lo tanto, he tomado la decisión de ir yo misma a enfrentarles. — Exclamo la reina con fuerza, y autoridad, mostrando un semblante igual de digno. (…)

la cual era adornada por las más finas vestimentas del lugar, siendo envuelta por una impecable seda de tonalidad blanca como vestido, y una corona que daba enfoque a su rango actual, sus facciones faciales eran abrumantemente delicadas, llegando a ser intimidantes, al igual que sus ojos, los cuales parecían cambiar constantemente de tono.

Una vez el consejo quedo a una distancia adecuada frente a la reina, estos mostraron una reverencia a la misma, y acto seguido cubrieron su rostro con ayuda de las capas que ambos portaban. — Larga vida a Ao, larga vida a la familia Ambrose, larga vida a nuestra reina. — Decretaron ambos al mismo tiempo, generando que sus voces resonaran en toda la sala. En ese instante, la reina dirigió su mano hacia el frente, y con ayuda de la misma, dio hincapié a que procedieran. (…)

apagados, pues contaban con la luz natural que atravesaba a través de siete grandes ventanales en ambas paredes laterales de la sala, culminando con una elegante alfombra que iba desde la entrada, hasta la llegada del trono, el cual se ubicaba sobre una plataforma a doble altura, con unos escalones un dosel por la parte de abajo, destacando especialmente por el gran escudo de la familia Ambrose.

Ambos miembros del consejo caminaron de forma lineal y discreta hasta el trono, donde justamente se hallaba la aclamada reina y soberana, Rihannon D’ Ambrose. Una mujer de edad aparentemente joven, quien se aproximaba a los 1.80 metros de altura, contando con una complexión delgada y curvilínea, (…)

Las malas noticias suelen ser las primeras en llegar, en especial en Luminous, reino donde se trata toda clase de disputas, ya sean dentro o fuera de sus muros. De esta manera, el avistamiento de criaturas nocturnas en los pueblos aledaños, provoco un auténtico revuelo en el consejo, el cual, no titubearía en dar aviso a la monarquía de la manera más pronta posible.

Aquella mañana, justo a medio día, dos miembros del consejo de Luminous, se encaminarían directo al área destinada a audiencias con la monarquía, conocido como “Salón del trono”. Aquel sitio en particular deslumbraba en belleza en cada uno de sus rincones. Contando con un encuadre que impresiona a la vista; conservando un suelo de acabado lujoso, junto con altos pilares construidos a base de oro, y cuatro grandes candelabros, uno en cada esquina del salón, pero que se encontraban (…)

colgando sobre la rama de un árbol, devorado por los cuerpos que en su vacía mirada veía al grupo de viajeros. Revolotearon entonces, y junto a ellos más se juntaron, siendo ahora perseguidos por la muerte que se anunciaba entre las aves negras, cuerpo desfigurado bajo la mano de criaturas anormales y el incómodo silencio del bosque.

—Hijo, escúchame —La autoridad en su voz se notó, tanto que incluso el joven quedó en silencio—, muchas veces encontrarás personas así, quiénes querrán decirte que no puedes hacer las cosas. Óyelos, únicamente para pensar mejor en tus planes, pero no dejes que sus comentarios te alteren. Sí dices que seremos capaces, demuéstralo. No solo a él. Sino a todos los demás. Sé humilde para que nadie pueda humillarte, pero no seas tan arrogante para cegar tu vista de los objetivos.

El encapuchado sonrió, y entre sus cosas sacó un cuaderno y pluma, grabando así entonces las palabras de un sabio padre en papel.
Por ahora, el viaje había sido largo, pero a lo lejos se podía alzar a ver las edificaciones, pronto llegarían a su destino.
Y aunque el extranjero no dijo nada, pudo escuchar entre el viento las voces de los demonios que allí se encontraban. Amenazándolos con descuartizarlos en caso de no querer regresarse. Los primeros avistamientos de sus obras llegó; los restos de un hombre (.

provisiones. Y cuando volvamos los demás grupos de exploración recorrerán los demás pueblos.

Alaric entonces los miró a todos. El ardor de un espíritu valiente dio un poco de inspiración al resto del grupo.

—No se preocupen, nuestras familias no pasarán hambre, mucho menos frío. Nosotros seremos los que salvaremos a nuestra gente.

—Y sin embargo —una voz en la esquina, alguien que a diferencia de todos no había interactuado antes. Tan solo se montó con ellos y los siguió. Tez morena y ropas extranjeras. La capucha encima de su cabeza cuidaba con recelo su rostro—, estamos viajando hacia tierras ya desconocidas. Los pueblos que alguna vez llamaron suyos no lo son más. "Las bestias" han reclamado sus terrenos, y estamos yendo directo a ellos. Como el banquete de un rey; que es servido en bandeja de plata.

Alaric se vió molesto, se iba a levantar con el brazo levantado en busca de golpearlo, de no haber sido por Ferguson aquello habría pasado más que cambio de ideas.

(.