𝗟o que en antaño fue una relacion unida ahora es una partida de Poker con la mano abierta sin tregua. Disfrutar del acto en una maquiavélica risilla. Los argumentos de Mahdi la hacían poner todo tipo de rostros en pos de crear confusión a su victima, ahora que Ahzi había sido liberada nada estaba claro y señalo con la diestra al Persa en los últimos segundos antes de consumirse en la oscuridad completamente junto a sus palabras. — Los engranajes ya se mueven Mahdi...Todos beberemos de Angra Mainyu... 𝖍𝖆𝖍𝖆...𝖍𝖆𝖍𝖆...𝖍𝖆.....𝖆...
—El día que seamos olvidados, tú y yo dejaremos de tener poder sobre este mundo. Y cuando todos aquellos que podamos usurpar sus nombres también lo sean... No habrá nada que domine en dónde los celestiales e infernales gobiernan.
Terminó aquellas palabras, para ver como ella arrojaba al suelo un frasco con un alma, la luz de ella se extinguió de inmediato. Pues el resentimiento ante la energía de Ahzi la había hecho consumirse. Molesto, apretó sus puños, mandíbula tensa, quería, sí podía aunque fuera hacer justicia... Pero había quedado desconcertado, sus palabras no eran crípticas, sabía a lo que se refería, sí no era el amo de todos, era quién la traición llevaba en su nombre. Sintió entonces su brazo arder, gruñendo en molestia, buscó controlarse antes de que el fastidio le jugara en contra.
—No. Él nunca volverá. —Sentenció con mirada firme y mentón hacia arriba, mostrando valor.
—Y el día que eso llegue a ocurrir moriré antes de que pueda darte el gusto, Dahaka.
— ¿Es acaso entonces una maldición mas que una bendición? Esa misma fe es la que puede torcer fácilmente los hilos y dejar todo en el olvido...sin 𝖗𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘. 𝐄l cantico le causo mas incomodidad que daño y vengativo es el acto de la deidad para golpear ligeramente un recipiente con la diestra y extinguir su vida cuando se rompió contra el suelo. Clara señal para que parase y intentar ocultar su molestia. — Como sea. Mi visita no es superflua pues vengo a traerte un mensaje... 𝕰𝖑 𝖛𝖎𝖊𝖓𝖊. 𝐌ensaje confuso. Pues un juego oculto hay hacia el destinario, hacerle sufrir y incitar su ser durmiente es lo que anhela pero no hay por que tener prisa. Un acto travieso que dibuja una sonrisa de satisfacción por realizar su trabajo y dejar que las ominosas sombras tomasen su figura en un acto de desaparecer sin separar los orbes destellantes del joven que fue Rey una vez. —𝐇𝖆𝖍𝖆𝖍𝖆𝖍𝖆....
Instó, dejando de lado sus observaciones con las reliquias para centrarse en ella. Sus manos estaban cruzadas tras de su espalda, la miraba, no cómo aquél que mira una criatura horrenda o a una dama que se debe brindar trato digno. Era más como una molesta mancha que irritaba darle atención, pero era problema de alguien más. Sabía que entonces, su presencia no era buen augurio. Así que en su idioma natal comenzó a murmurar rezos de los viejos magos para alejar los espíritus malignos.
─ Lo mismo no son, pues es esa misma fe y no los recuerdos lo que me a liberado lentamente de mi larga prisión...Damavant. 𝐂omentar amargo ocultando la irritación y camuflarla en una inesperada aproximación para inclinarse lo suficiente para ver a través de uno de los recipientes y captar su esencia. Curiosa es su naturaleza. ─ Estoy impaciente por conocer que has aprendido a lo largo de los años...Mahdi.
—Curioso, viniendo de un ser que adquiere valor con algo tan ambiguo como la fe.
Dijo, volviéndose con una expresión neutral. Su remate no fue para burlarse. Sino para recordarle por qué ellos vivían, existían; la fe de la humanidad y sus energías.
—No, he aprendido por mi cuenta, agradezco demasiado eso.
─ Llamar valor a un ambiguo tesoro llamado recuerdo. No me consta haberte inculcado tales tonterías, Mahdi. 𝐈mpasible es el semblante y afiladas las palabras de la olvidada deidad, mas un lento sonreír se hace presente por mencionar el pasado.
