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Mahdi · 100+, M
—No puedo hablar más, de cualquier manera. —Sentenció algo cansado, viéndose en la obligación de poder sentarse un momento para recuperar fuerzas—, los que más allá escuchan están aquí. No es prudente hablar con tanta naturalidad.

No sabía sí ella era capaz, pero ante sus ojos, no sólo veía aquél cuarto y la vampira, sino a un grupo de almas vagando por alrededor, ellas le miraban, hablaban y escuchaban. Usaban algunos comentarios en su contra, otros tan sólo estaban ahí implorando piedad para que los guiara a un paraíso.
Tanto tiempo oyendo sus voces le hicieron capaz de no abrumarse ante el sonido de la multitud espectral, y poder seguir centrado en ella.

—También te recomiendo no hablar con nadie de esto, sí te oyen, será un problema para mí.... Y me tendré que ir.
-A manera de aliviar un poco la tensión, extendió su mano derecha hacia el rostro contrario y dejó una pequeña caricia en su mejilla derecha, al tacto, la mano de Minami se sentía fría, pero suave, como una delicada brisa refrescante en el verano, después de ello apartó su mano y le sonrío con gentileza.-
-Minami era alguien muy observadora, sobretodo cuando se trataba de expresiones en las personas, notó la preocupación o angustia en el rostro del joven cuando intentó explicar de alguna u otra manera su procedencia, sabía que había cosas que no podía decir, su intuición le hizo percibir esa tensión en el aire, no por Mahdi, había algo más, otra presencia ahí.-

Ya veo, ahora lo entiendo mejor que antes... Entonces debemos cuidar mejor ese brazo izquierdo.

-No pudo evitar observar hacia aquella extremidad, ahora sabía porqué era tan celoso con aquello, aunque también sabía que aquel brazo le causaba gran dolor en ocasiones. En aquella frase se incluyó ya que al ofrecerle su amistad, evidentemente velaría también por su bienestar, Minami era una mujer de promesas que le gustaba cumplir.-

No sé si preguntar más, conforme me vas diciendo cosas, otras dudas van apareciendo, pero creo que lo más sensato por ahora es detenerme, no quiero incomodarte más. [...]
Mahdi · 100+, M
esparcirá. Y una vez alcance todo mi cuerpo... Bueno, yo dejaré de existir.
Mahdi · 100+, M
En su interior sabía que ella aún se intrigaba por el brazo de Tawrich, no podía evitarlo. Sin embargo, hablar de él no era prudente. Incluso pudo sentir una leve punzada en él cuando la pregunta se formuló.
Tuvo que suspirar hondo, al menos hablaría un poco al respecto.

—Los daevas somos falsos Dioses o demonios. Algunos en su momento eran venerados, pero sus templos se perdieron, y bajo la obsesión de mantener adeptos se presentaron bajo el nombre de otros Dioses y que así les siguieran rindiendo tributos. Mi inmortalidad depende de mi brazo izquierdo.

No lo iba a mostrar, era su recelo más grande. Lo máximo que hizo para mostrar un poco de él fue tomar el cuello de su candys y estirarlo de forma que se pudiera apreciar el hombro izquierdo. A diferencia de su tono de piel la extremidad se veía en un negro absoluto, necrótico. Y sí se podía leer habían algunas frases en Persa que Mahdi se había tatuado con un arma.

—Mientras "él" más controle de mí, esta marca se esparcir
-Aquel halago le hizo dibujar una sonrisa en el rostro, sencillamente porqué no esperaba un halago de su parte, incluso hasta se pudo percibir un ligero rubor en sus mejillas.-

Gracias Mahdi...

-Ahora se giró de nueva cuenta hacia el, para poderlo mirar de frente, sólo contrajo sus alas, no las escondió pues con el no había necesidad de fingir o de ocultar nada, miró fijamente a aquellos hermosos ojos que parecían un par de de ámbares por su color, así como por su profundidad. No tuvo que pensar mucho para hacer su pregunta, ya que habían muchas dudas referentes a el.-

¿Qué es exactamente un Daeva? ¿Esa maldición que tienes en tu brazo izquierdo, cuales son las repercusiones que tiene?

-Ahora también la vampiresa se mostraba seria, no tanto por alguna molestia, sino que trataba de tratar el tema con la importancia que ameritaba, esperaba no hacer sido demasiado directa, pero no había manera más sutil de preguntarlo.-

¿Eres inmortal?

-E hizo una tercera pregunta-
Mahdi · 100+, M
—Por supuesto que lo son. Provienen de tí, he ahí la verdadera belleza.

Confesó él. Se empezaba a percatar de la vanidad de la mujer, así que se aseguraba de elogiar cualquier parte de ella en cuánto tuviese la oportunidad. A veces la falta de comentarios positivos afectaban la autoestima. Mahdi lo sabía bien.

—¿Y qué te gustaría conocer de mí? —Inquirió el moreno soltando su ala para ponerse en frente de ella—, me parece que dices, pero no me hablas de lo que realmente deseas saber. Puedes preguntarme ahora.

Sostenía la mirada, una expresión seria lo acompañaba y en aquél color ámbar de sus ojos la mirada de mil yardas reflejaba el interior de su alma, testigo los horrores que la humanidad aún no está apta para admirar.
Si fuera con fines educativos creo que no, todos los seres somos víctimas de la curiosidad.

-Ya que el se encargó de mover de forma un tanto más firme su ala, se quedó quieta, por suerte dejó de sentir ese cosquilleo, que parecía presentarse más ante caricias suaves que firmes, se podía ver como las ropas de la joven se habían roto por el hecho del emerger de esas alas, mismas que parecían estar totalmente unidas al cuerpo de la joven como una extremidad más de su cuerpo.-

Te voy conociendo a mi modo, dejando que actúes libremente hacía mi, además, no quisiera causarte incomodidad, prefiero que conforme vayas sintiéndote en confianza me vayas mostrando todo lo que me desees mostrar.

-De nuevo sonrío en dirección a el y ahora agitó un poco sus alas para que mirase sus movimientos como articulaciones.-

¿Te parecen bonitas?
Mahdi · 100+, M
—¿Y sí fuera así te molestaría? —inquirió él un tanto divertido mientras seguía apreciando las alas.

Inconsciente de los efectos que causaba en ella. Tomó una desde el origen, la mano bien sujeta para probar su resistencia y moviéndola un poco para ver sí se podía apreciar un poco la espalda de la mujer y la apertura de dónde salían sus alas.

—Podrías también probar lo que alguien como yo hace. Es sólo cuestión de lo que pidas.
-Poco acostumbrada a que tomaran sus alas, suspiró suavemente ya que aquella piel de las mismas era de textura suave pero firme, por lo que al igual que su espalda para ella resultaba una zona sensible, por lo que cerró uno de sus parpados y se mordió su labio inferior, impidiendo la risa, pues también sentía un poco de cosquillas-

Es extraño he visto que algunos vampiros son cambia formas, yo puedo aparecer mis alas y transformarme en un pequeño murciélago. -Hizo una pequeña pausa.-

Sospecho que me ves como una especie de conejilla de indias ¿Eh? ~

-Sonrío divertida al decir esto.-

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