Aquellas espinas realmente no le hicieron nada al demonio, todas se destrozaron al impactar con su cuerpo.
Al estar ya cerca de Kouen, decidió no atacarlo, en su lugar se quedó volando a unos metros frente a él.
—Tu técnica es peculiar, pero no sirve de mucho no saber usarla.—
Estiró su mano, disparando una bola de energía roja-anaranjada, la cual impactó con las espinas frente al muchacho, destrozándolas.

Vaya, así que esa es tu verdadera apariencia. Una lástima que aun consideres esa espada como parte de tu arsenal -Como era usual en él, ignoró completamente la burla del ente demoníaco y tan solo se limitó a observar en calma cómo aquél reinicia el ataque. Acto seguido, una sonrisa llena de malicia aparece en su semblante- Aug Al-Hazard -Eleva al frente su brazo demoníaco para dar rienda suelta a su poder: magia gravitacional. Así, logra que multiples pilares se alcen del suelo en frente suyo, tomando forma de espinas que cumplen una doble función: las más cercanas a Kouen bloquearían cualquier ataque, mientras que las de adelante se lanzan contra el demonio buscando perforar su cuerpo en múltiples zonas y así, lograr incapacitarlo definitivamente.

Aquella forma que adoptó el guerrero hizo que el demonio estallara en risa. Tanto que inclusive tuvo que sobarse el estómago por el dolor que le causó.
—¿A eso llamas transformación?—
El demonio, tratando de dejar en ridículo al guerrero, decidió transformarse de igual manera. Sus extremidades y su torso se comenzaron a retorcer. En poco tiempo se transformó en una bestia de tres metros de alto y piel oscura, poseyendo monstruosos y afilados cuernos, garras y dientes, y unas inmensas alas similares a las de un murciélago.
Tomando con firmeza su espada, volvió a abalanzarse sobre su oponente, dispuesto a rebanarle la cabeza.

Chispas saltan cuando ambas hojas chocan entre sí. Casi tan pronto como sucede el impacto, el demonio contraataca con un movimiento de su pie que logra desestabilizar al príncipe; sin embargo, antes de que pudiera caer contra el suelo, sobre este clava su espada para mantener el equilibrio y, posteriormente, retroceder un par de pasos.

Je! Ciertamente, esto no es como enfrentar a los ejércitos mágicos. Supongo que para enfrentar a un demonio se necesita una fuerza mayor -Dicho ello, un circulo mágico aparece, esta vez sobre la hombrera metálica que carga a su derecha.

¡AGARES! -Pronuncia con vehemencia el nombre de su Djinn, quien de inmediato responde a su llamado. Pronto su aspecto pasa a ser el de un joven cuyos brazos y cola ostentan rasgos reptiles y una tonalidad marrón.

Tropezara*

Al salir del pequeño agujero que creó su impacto contra el suelo, vió cómo el joven guerrero se aproximaba a toda velocidad con su arma.
No dudó en bloquear el ataque con su espada, quedándose viéndolo con una sonrisa.
—Sé más original.—
Arrastró de manera circular su pie en el suelo, tratando de hacer que el oponente se tripezara y cayera al suelo.

-Observa con detenimiento cada movimiento y gesto, aguardando el instante exacto para atacar. Fue entonces que, haciendo alarde de sus capacidades sobrehumanas, el demonio toma la iniciativa, dando un gran salto para posteriormente abalanzarse desde el aire contra Kouen. Ante ello, el pelirrojo reacciona dando un salto hacia atrás alejándose varios metros de la zona de impacto para así evadir la primera ofensiva, la cual habría de destrozar el suelo- Un arma demoníaca. Nada mal -Espetó con cierto aire de emoción y sarcasmo. Inmediatamente después, tomando su arma con toda fuerza, se lanza hacia aquél demonio propiciando una potente estocada con su arma en aras de inmovilizarlo con un profundo corte sobre su cuerpo-

Ni siquiera se imutó ante tal movimiento. Se quedó viéndolo de manera arrogante e irónica en exactamente la misma posición.
Soltó un suspiro de aburrimiento e hizo un ademán, generando una alargada llama en su mano, la cual se personificó en una espada de igual longitud que la del chico.
Se paró de su asiento, caminando lentamente alrededor de su ahora oponente, con el arma en su mano.
—Al fin algo interesante pasará aquí.—
Pegó un enorme salto, comenzando a caer casi en picada, preparando su espada para atacar.

Je! Tal y como esperaba, intentar hablar será una pérdida de tiempo. Los demonios son poderosos pero predecibles en lo que a su arrogancia refiere -En un fugaz movimiento desenvaina la espada que carga consigo a la altura de su cintura, apuntando con el filo de su hoja hacia el frente donde se encuentra el sujeto. En ese instante, un círculo mágico de dorado resplendor aparece sobre el platinado metal, muestra evidente de estar listo para invocar la fuerza de su Djinn si así lo amerita la situación- Supongo que sacarte cualquier tipo de información o trato será cuestión de someterte por la fuerza

Sonrió. Se dio media vuelta para dirigirse a un trono, sobre el cual reposaba un esqueleto con vestimenta y corona similares al de un monarca. No dudó en agarrarlo de la vértebra que alguna vez fue su cuello para así lanzarlo a las llamas y acomodarse en su lugar.
Se quedó "pensativo" unos segundos, viendo a la nada y humedeciendo sus labios con su larguísima lengua.
—Tengo una mejor propuesta: ¿Qué tal si mejor... te doy esto?— Levantó su dedo del medio hacia el joven. —Los poderes demoníacos no son algo para estudiarse, niño.—