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MagiMari · F
Mari ama a los humanos, especialmente a los hombres. También ama a Arthur, más no de ese tipo de amor romántico que le ha hecho creer con su juego. Aunque él debería saber que no habla en serio al respecto, después de todo es una mujer que le gusta satisfacer su propia diversión.
Cerró brevemente los ojos tras ser coronada, entonces hizo que le soltara la mano para posar la palma en la mejilla de su majestad y darle una pequeña caricia con el pulgar mientras le sonreía con cierta calidez y cariño.
—Me sobre estimas mucho, pero es cierto, soy la gran Magi Mari.~
Le devolvió la corona dorada que le da esa imagen y autoridad a Arthur como soberano de Camelot, en seguida se irguió quitando la mano así como devolviéndole su espacio personal.
—Cada vez que te veo creces como persona y te vuelves más apuesto. Mi pequeño Arthur se está convirtiendo en ese gran Rey que esta nación necesita.
Cerró brevemente los ojos tras ser coronada, entonces hizo que le soltara la mano para posar la palma en la mejilla de su majestad y darle una pequeña caricia con el pulgar mientras le sonreía con cierta calidez y cariño.
—Me sobre estimas mucho, pero es cierto, soy la gran Magi Mari.~
Le devolvió la corona dorada que le da esa imagen y autoridad a Arthur como soberano de Camelot, en seguida se irguió quitando la mano así como devolviéndole su espacio personal.
—Cada vez que te veo creces como persona y te vuelves más apuesto. Mi pequeño Arthur se está convirtiendo en ese gran Rey que esta nación necesita.
Callum · M
–No importa la respuesta que te de, siempre encontrarás la forma de tergiversar mis palabras. Pero esa clase de cosas son parte de tu encanto.
Se quitó la corona de flores y la colocó sobre el platinado cabello de Mari, no sin antes acomodar uno de sus mechones detrás de su oreja, no puede evitar sonreír ante el extraño humor de su consejera. –Estarías cometiendo un error si algo como eso sucediera, y se que tú no cometes errores.
Se quitó la corona de flores y la colocó sobre el platinado cabello de Mari, no sin antes acomodar uno de sus mechones detrás de su oreja, no puede evitar sonreír ante el extraño humor de su consejera. –Estarías cometiendo un error si algo como eso sucediera, y se que tú no cometes errores.
MagiMari · F
—Vaya ¿Acaso estás coqueteando con tu mentora? Eres un rompecorazones, Arthur.
Mantuvo una sonrisa divertida y un tanto pícara, pero sólo para disfrazar que esas palabras inesperadas la avergonzaron sólo un poquito. Es cierto que ella es una mujer hermosa, lo sabe, después de todo es una súcubo, sin embargo, también es una humana y no está exenta de las sorpresas.
—Como sigas diciendo cosas tan bonitas me enamoraré de ti.~
Mantuvo una sonrisa divertida y un tanto pícara, pero sólo para disfrazar que esas palabras inesperadas la avergonzaron sólo un poquito. Es cierto que ella es una mujer hermosa, lo sabe, después de todo es una súcubo, sin embargo, también es una humana y no está exenta de las sorpresas.
—Como sigas diciendo cosas tan bonitas me enamoraré de ti.~
Callum · M
Habría replicado a sus acciones y palabras, pero tratar de dar la contra a la hechicera era siempre un caso perdido. Simplemente tomó su mano con gentileza. –Te quedaría mucho mejor a ti. Te van las cosas hermosas.
MagiMari · F
—Esta corona de flores también te queda muy bien, Arthur. Te ves encantador.~
Callum · M
–Es un curioso obsequio, Mari.
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