( Nota: Astrid seguirá haciendo uso de sus poderes, pues el rol fue iniciado antes de ser convertida en humana, para su posterior muerte).

Observó atenta la forma en que él parecía tener potestad sobre toda esa superficie, a pesar de haber contemplado maravillas en el universo, seguía conservando la capacidad de sorprenderse y por supuesto de aprender, lo que la hacía cultivar constantemente sus dones y virtud.

Sus pasos se unieron al ambiente, se movía la unísono con el viento, siendo una con el bosque y buscar así no perturbar lo que sería su nuevo hogar, aunque temporal.

— Es un honor para mí, servir como protectora de estos dominios, escucharé al bosque y cuidaré de él como si fuera una extensión de mi propia existencia—.

<Al escuchar las palabras de ella solo sonrió mostrando alegría por lo que ella decía, chasqueo sus dedos dos veces y las raíces en formas de manos comenzaron a retraerse permitiendo así que el se abriera la puerta del castillo que ahora se volvería su guarida>

>Astrid el bosque te acepta como su guardiana protegelo y el se encargara de protegerte, el te escuchara y te acompañara cuando mas lo necesites y claro tú también seras capaz de escuchar las voces de los arboles.

La decepción por lo acaecido en su familia y el dolor insuperable por la muerte de su mellizo, la llevó no solo a dejar Sygindra una temporada en manos de un sustituto, también debía prepararse para buscar y ayudar a su madre y cumplir su destino.

En ese tiempo de preparación, Astrid conoció a un joven que le invitó a sus dominios y le ofreció la posibilidad de resguardar parte de esos territorios. Era una tarea que atrajo la atención de la albina y que aceptó. Finalmente el día llegó, un portal se abrió ante ella, al cruzarlo, pudo contemplar una parte de la grandeza que le esperaba en ese lugar.

— Gracias por la bienvenida, Maddox, el lugar es más hermoso de lo que imaginé, será un placer ser la guardiana—