No pudo evitar sonreír ante la idea de ser ella misma una especie de llave.

Pegó la palma de la mano en la puerta, sintiendo a través de esta, no solo in extraño regocijo de las ramas y plantas que la resguardaban, sino también cómo se iban desenredando para abrirse y dejarlos pasar.

—Wow... —Musitó sorprendida mientras se frotaba la mano que había usado para abrir la puerta.

—Es una magia increíble...—

<La entrada al salón principal tenía una puerta similar a la de la entrada pero a menor escala y con lo que parecía un sello en medio de esta >

Esta puerta solo la puedes abrir tú, así que si me haces el honor...

<Se hizo a un lado para que ella pudiese colocar su mano sobre la puerta y que esta se abriera al reconocerla>

Maddox había repetido varias veces que el bosque le había elegido. Aún no podía comprender cómo un lugar, tenía la conciencia y el poder para asignar a un guardián para su cuidado.

Suspiró rendida, pues sabía que no podía negarse, ya había aceptado y había dejado una amenaza implícita en sus propias palabras.

Entró a la imponente construcción esperando encontrarse con polvo, hiedra y animales anidando en su interior, pero fue todo lo contrario.

El lugar estaba impecable, como si siempre hubiese esperado que le visitaran.

<Se detuvo por un momento mientras admiraba la determinación de la chica, era increíble como se había ya comprometido con el puesto de guardiana, debido a esto no pudo evitar pensar en voz alta>

Ya veo por qué te escogió.

<Decia aquello por lo que el bosque le había demostrado durante mucho tiempo, dicho eso se dio la vuelta y siguió su camino hasta llegar a donde encontraba aquella fortaleza, un bello castillo lleno de vegetación que parecía querer ocultarlo, la puerta principal de este era enorme y parecía estar hecha solo de raíces acumuladas con los años >

Este será tu base y tu hogar... Bienvenida.

Reanudó su andar sobre el camino que el mismo bosque preparaba para ellos, guiándolos al lugar que sería su hogar en adelante.

—Tienes razón... No es fácil.. pero te prometo algo.—se detuvo de nuevo, hablándole de frente.

—Protegeré este lugar con mi vida, de cualquiera que intente dañarlo o invadirlo.—

>Sí, incluso de mi aunque me tiempo de malvado ya quedaron en el olvido...

<Respondió maddox con sinceridad durante aquel castigo el cual terminó dándole una de las mejores lecciones que recibió en su vida >

No te pido que confíes en mí pues recién me conoces y escuchar aquella historia de mí es obvio que te hará desconfiar, espero que durante tu estadía podamos conocernos mejor y así tú también puedas confiar en mi.

—Debo protegerlos... —Detuvo su andar y se giró para mirarlo. En la mirada tenía marcada la determinación y la plena seguridad de que aceptaría tal misión.

—... ¿Inclusive de ti?—

<Al llegar nuevamente al bosque comenzó a caminar en dirección a donde se encontraba su fortaleza, mientras iba caminando se podía ver como el bosque poco a poco iba reaccionando a ella enmarcando el camino a esta con raíces y flores de color rojo mientras iban avanzando >

El bosque te escogió como su guardiana, te otorgó su poder y se complemento contigo quizás no lo notes pero si te consentras y cierras los ojos podrás sentir cada vida que habita este lugar, proteger este bosque y al reino de cualquiera que amenace con destruirlos.

—¿Fortaleza?—Eso si le sorprendió. ¿Un guardián tenía derecho a tales propiedades? De cualquier modo se adentró en el portal para llegar de vuelta al bosque. Se sentía un poco a la defensiva, sobre todo tras saber sobre la guerra y el reino de cenizas.

—Quisiera saber también... ¿Qué esperan qué haga en ese sitio?—

Bueno a decir verdad queda un poco lejos pero...
<antes de terminar de decir la frase chasqueo sus dedos una vez más apareciendo nuevamente el aro de fuego que les llevaba nuevamente al bosque de fuego >

Podemos llegar tan rápidamente como llegamos acá, así que vamos, aún debo enseñarte tu castillo y fortaleza.