31-35, M
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Yuki2104 · F
**Habían pasado ya varios minutos desde que se había detenido distraída, frente al enorme ventanal de su habitación. La vista le devuelve un paisaje gris y triste. Las secas hojas de los árboles, revolotean en su balcón, alejándose después por el aire, dispuestas a perderse lejos de su vista**
Como él hizo esa vez...
**Susurró la castaña con voz triste a su reflejo en el cristal. ¿Cuanto tiempo había pasado ya? Meses... si... a esta conclusión llegó al hacer cuentas con los acontecimientos en su vida desde su partida. Meses desde que no volvió a saber de él.
¿Cuantas cosas habían pasado juntos y que no había podido olvidar? Aquellos juegos en la casa. Los postres que horneaba para ella. Su caída en el comedor. Aquella curiosa marca en su mano que horas después desapareció. Suspiró dolorosamente ante todos los recuerdos con aquella mote insistiendo salir de su boca**
Nito...
**Susurró finalmente al darse cuenta que la palabra dolía al negarle salir de sus labios.
Ahora estaba sola. Albert se había ido para siempre y su vida había cambiado radicalmente al darse cuenta que no podía seguir dependiendo de nadie. La vieja casona cada vez lucía más lúgubre y solitaria. Silenciosa y fría.**
Desearía... que volvieras... que todo fuera como antes...
**Pronunció con voz cansada. Se abrazó a sí misma y cerró los ojos deseando fueran sus brazos los que la rodearan. El sólo pensamiento la hizo creer que en verdad ocurría: una cálida sensación alrededor de su cuerpo y la familiar sensación sobre sus labios la hicieron suspirar.**
Nito...
**Susurró de nuevo ante el recuerdo. Abrió los ojos de improviso cuando aquellas sensaciones desaparecieron. Sonrió con frustración al darse cuenta que tales deseos eran imposibles. El tiempo no vuelve y las personas que no lo desean, tampoco. Quizá él estaría muy lejos ahora, lejos como lo deseó entonces, lejos de su casa, lejos de sus amigos, lejos de ella. Se apartó abruptamente del vidrio dispuesta a alejarse con la firme intensión de despejarse de tales recuerdo, pero el recuerdo se encuentra más latente que nunca. El deseo por su regreso, a su mansión. A ella**
Como él hizo esa vez...
**Susurró la castaña con voz triste a su reflejo en el cristal. ¿Cuanto tiempo había pasado ya? Meses... si... a esta conclusión llegó al hacer cuentas con los acontecimientos en su vida desde su partida. Meses desde que no volvió a saber de él.
¿Cuantas cosas habían pasado juntos y que no había podido olvidar? Aquellos juegos en la casa. Los postres que horneaba para ella. Su caída en el comedor. Aquella curiosa marca en su mano que horas después desapareció. Suspiró dolorosamente ante todos los recuerdos con aquella mote insistiendo salir de su boca**
Nito...
**Susurró finalmente al darse cuenta que la palabra dolía al negarle salir de sus labios.
Ahora estaba sola. Albert se había ido para siempre y su vida había cambiado radicalmente al darse cuenta que no podía seguir dependiendo de nadie. La vieja casona cada vez lucía más lúgubre y solitaria. Silenciosa y fría.**
Desearía... que volvieras... que todo fuera como antes...
**Pronunció con voz cansada. Se abrazó a sí misma y cerró los ojos deseando fueran sus brazos los que la rodearan. El sólo pensamiento la hizo creer que en verdad ocurría: una cálida sensación alrededor de su cuerpo y la familiar sensación sobre sus labios la hicieron suspirar.**
Nito...
**Susurró de nuevo ante el recuerdo. Abrió los ojos de improviso cuando aquellas sensaciones desaparecieron. Sonrió con frustración al darse cuenta que tales deseos eran imposibles. El tiempo no vuelve y las personas que no lo desean, tampoco. Quizá él estaría muy lejos ahora, lejos como lo deseó entonces, lejos de su casa, lejos de sus amigos, lejos de ella. Se apartó abruptamente del vidrio dispuesta a alejarse con la firme intensión de despejarse de tales recuerdo, pero el recuerdo se encuentra más latente que nunca. El deseo por su regreso, a su mansión. A ella**