-Una vez la joya estuvo en su dedo, levanto la vista a él, le miro a los ojos y correspondió a su primer beso, mientras una suave sonrisa curvo sus labios-- мой жених, мой протеже

—Cuando son pocas las cosas que realmente importan, es infinito lo que se es capaz de hacer por protegerlo.

Tomó el anillo y también la mano de ella para poner la joya en el dedo corazón, luego tomó su mentón para elevarlo buscando su mirada. —Que intenten hacerle algo a mon fiancé... mon épouse. —Dicho aquello, se inclinó y unió sus labios en lo que fue su primer beso.

Es poco lo que pide a comparación de lo que ofrece, siempre me no han gustado los hombres que buscan construir su propio futuro, la ambición es muy atractiva -Una sonrisa coqueta se dibujo en sus labios cuando esté rodeó su cuello, se mordió suavemente el labio inferior, si bien era una dama era claro que sentía deseo. Miro entoncesmla joya sobre la mesa y era bella por si sola y su hermoso color era el preferido de la rubia, extendió su mano y la dejo junto a la joya -
La tradición dicta que usted debe ponerme el anillo, caballero Respondió accediendo a dicho compromiso -

De su bolsillo sacó una caja blanca aterciopelada que abrió, revelando en su interior un ostentoso anillo de rubí y diamantes. Dejó la caja abierta sobre la mesa frente a ella, esperando a que tomara una decisión.

—¿Acepta ser mi esposa?

—Puede ser que sólo se haya topado con descuidados imprudentes en el pasado, madame. No pretendo convertirla en mi esclava, ni atentar contra lo que ha comenzado a construir sola, eso quedará intacto por mi parte y por parte de los Blackesley. —Le aseguró, sabiéndose capaz de ir él mismo en contra de su familia si estos amenazasen sus intereses—. Lo único que espero obtener de su parte es la seguridad de que ni Adrael Blackesley, ni Evangeline Blackesley serán puestos en peligro por un Lébidiev ni por otro vampiro. Todo lo demás puedo construirlo yo mismo... —La miró y le sonrió—. Junto a Madame Milenka~

Se puso de pie y caminó hasta sus espaldas, deslizó su mano por el cuello de la dama hasta tomarlo con suavidad y se inclinó para hablar a su oído. —Me encantaría poseerla, ma belle dame, pero eso es algo que sólo ocurrirá en la intimidad.

—"Inocente"... no es una forma en la que la describiría. —Sí, tenía un rostro angelical, pero era como él, su mirada comunicaba todo a gritos sin necesidad de romper el silencio.

—Deseo una alianza formal entre clanes. Puedo abocarme por completo a la reconstrucción de su imperio, si juramos por siempre protegernos entre nosotros y a nuestros intereses. —Expuso tranquilo, dando un trago a su propia copa.

-Sus labios curvaron una sonrisa suave casi cayendo en la inocencia, contrario al deseo que reflejaban sus ojos rosados en ese momento - Usted sabe bien como halagar a una dama, se bien que no ha sido al azar, puedo parecer inocente, querido mío, pero no soy ingenua, así que que planes tiene en mente

Dejó frente a la dama la copa de sangre fresca, recién sacada de una de las víctimas que ambos habían dejado en ese ahora tranquilo bar lleno de cadáveres. Sus ojos dorados fijos en ella, con esa sonrisa calma e inquietante.

—Admito que tengo ese problemita, Madame Milenka, en que la observo y me siento emocionado de que haga conmigo lo que sea que mejor le parezca. Pero mi viaje a Rusia no fue al azar... debe saber que mi ambición también es inmensa y sé que el enorme poder que tengo para ofrecerle es valioso.