No hagáis eso. –Expresó con una frialdad solemne y delicada, a medida que hermosos lirios se invocaban a su alrededor, embelleciendo aquel despejado recinto de sus más bellas flores, adorando su llegada, venerando su existencia.- Cuando sea tiempo, tal vez. –Se levantó de aquel incierto mientras azotaba sus zarpas contra el viento, destajando el espacio, creando una grieta dimensional hacia su reino, hacia su jardín encantado.- No os metáis en problemas. –Y se dejó poseer por aquel portal, dejando que las partículas de su cuerpo crepitaran a son de la brisa fresca y relajada, hasta perderse por completo.-
¿A ti o a quien las recibe? - Preguntó ante tal demostración, las pupilas de sus ojo permanecían fijas en aquella imagen y no pudo evitar el retroceder unos centímetros como acto reflejo además e tragar un poco de saliva aunque eso había sido una reacción que el no había podido controlar. Su manita como mosquito dirigido a la luz se acercó a las garras pasando apenas su dedo por ellas sintiendo el filo con cuidado de no cortarse-
Solo un poco, no tanto como parece. –Expresó con moderada educación mientras vira su atención al pequeño quien se representa con la curiosidad que a todo niño lo caracteriza.- No soy tan cruel como piensas ¿o quizás sí? –Se levantó de aquel descanso y dirigió sus pasos hacia la joven entidad, mostrándole palma, una frágil extensión de su cuerpo, de piel tersa y suave como la seda para invocar ante sus ojos sus letales garras que se imponían sobre los dígitos de sus dedos, dejando que su hipnótico brillo atrapara el reflejo distorsionado de quien pareciera un niño.- Esto duele más.
¿Los días que a Máximo le duele la cabeza?, eso es bastante cruel - Parpadeó un poco confuso por la aseveración del mayor y su naturaleza curiosa de siempre hizo que analizara con cuidado a aquella persona presente, en su pequeña vida aún no había visto muchos seres por o cual la "cornamenta" de ese le causo interés y sin pedir permiso extendió su mano tocando con el índice uno de ellos- ¿duelen al crecer?, leí que a algunos mamíferos si.
-Parpadea un par de veces, esquivo pero sutilmente atento al consejo de aquel pequeño infante.- Souka... -Finalizó terminando su taza, apreciando el ambiente claro de cielo despejado.- Me encantan los días así.
¿Y por qué andáis quejándote Máx? -Expresó aquel sombrío personaje mientras degustaba de un taza de té, cercano a la conversación.- Disculpad la intromisión.
