Sus ánimos y estabilidad últimamente habían decaído bastante, tanto que el salir a caminar era una simple rutina de distracción sin fijarse mucho en la gente o los lugares. Fue así, en su plena distracción, que no se dio cuenta al chocar contra una chica a la que terminó viendo caer, volviendo a la realidad al momento y sorprendido por el golpe que debió darse. Ante todo, era un caballero, inclinándose rápidamente a ofrecerle ayuda, apenado por ello, terminando así en una invitación para compensar su error. —Por favor, acepta un helado de mi parte ¿Si? Lamento mucho haberte lastimado...—
Su cabeza daba vueltas por la tremenda caída. ¡Y todo por andar viendo el suelo pensando en una nueva excusa para sus calificaciones bajas!
Se tomó unos momentos para volver a enfocarse en lo que estaba sucediendo. Sin dudar aceptó la mano para levantarse aunque sentía un poco de ardor en sus rodillas. El tono de arrepentimiento del joven disminuyó cualquier berrinche que podría haber hecho. A punto de decir "No pasa nada", la palabra helado agudizó sus oídos en un instante. —¡Sí, sí, no te preocupes! —Asintió varias veces restándole importancia a su raspón, ¡el helado era más importante, y más viniendo de un chico lindo!
