Una femme-fatale adicta al tabaco y a las ironías de la vida.
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strangehero · M
Lo que dijo ni le inmutó. No es que tratara de hacerse el sueco, sino que no comprendía qué querían decir sus palabras.
—¿Qué niño travieso, Becker? Dime quién te ha mandado aquí, ahora.— la expresión de su era poco reconfortante y sus palabras ásperas. No tomaba como un asunto de risa el tenerla en su casa, más aún cuando ni era suya -era un inmigrante ilegal que vivía pagándole la renta a su compañero-.
En la habitación donde estaban ambos se podían hallar varios carteles reivindicando las luchas del Che Guevara y Lenin, solo que estos últimos carteles estaban en ruso y alguno que otro en inglés.
—Lárgate de aquí o te echaré. Cuando quieras hablar conmigo, llámame por teléfono. No te cueles en mi puñetera casa.— entre sus palabras pretendieron escapar las más típicas: ''o llamaré a la policía''. Sin embargo, éstas conllevaban un fuerte peso con graves consecuencias. Luego investigarían de él y, viendo su expediente, sería enviado de nuevo a un país al que no quería volver. Puede que fuera uno de los mayores inconvenientes que tenía al tener que vivir sin ser nacionalizado, complicándose problemas que para alguien nacido en EE.UU o cualquier otro serían sencillos.—Si se trata de Johnny, la mercancía ya se la dieron Azîm y Tomás hace días. Hugo Sánchez ya no quiere negocios con él después de lo que pasó.
—¿Qué niño travieso, Becker? Dime quién te ha mandado aquí, ahora.— la expresión de su era poco reconfortante y sus palabras ásperas. No tomaba como un asunto de risa el tenerla en su casa, más aún cuando ni era suya -era un inmigrante ilegal que vivía pagándole la renta a su compañero-.
En la habitación donde estaban ambos se podían hallar varios carteles reivindicando las luchas del Che Guevara y Lenin, solo que estos últimos carteles estaban en ruso y alguno que otro en inglés.
—Lárgate de aquí o te echaré. Cuando quieras hablar conmigo, llámame por teléfono. No te cueles en mi puñetera casa.— entre sus palabras pretendieron escapar las más típicas: ''o llamaré a la policía''. Sin embargo, éstas conllevaban un fuerte peso con graves consecuencias. Luego investigarían de él y, viendo su expediente, sería enviado de nuevo a un país al que no quería volver. Puede que fuera uno de los mayores inconvenientes que tenía al tener que vivir sin ser nacionalizado, complicándose problemas que para alguien nacido en EE.UU o cualquier otro serían sencillos.—Si se trata de Johnny, la mercancía ya se la dieron Azîm y Tomás hace días. Hugo Sánchez ya no quiere negocios con él después de lo que pasó.