¿Aceptas solo porque es gratis? No es arriesgado hacer ese tipo de cosas.
La desconcerto un poco su respuesta, incluso llego a hacer una mueca que habla por sí sola por lo habitual, casi nunca pasaba algo como eso. Levanto la mano para llamar la atención del mesero para tomar asiendo al otro lado de la mesa de la cual se encontraba la joven, por su comportamiento y lenguaje corporal supuso que algo había acontecido, tal vez una noche de estudios “ella en su inocencia pensó” por lo que quedo abatida en aquel lugar pero si era eso ¿Dónde estaban los libros? ¿Se los robaron? Mejor se quedaba un poco más a su lado.
Perdón si te incomodo pero… ¿quieres comer conmigo? Junto sus manos para dejar dejar descansar sus codos sobre la mesa y su rostro sobre sus manos. Encantada me llamo Tinick Cinnia.
La resaca por una noche salvaje le había hecho papilla el cerebro por lo que se le ocurrió la gran idea de dormir en un lugar tan impropio como lo fue una cafetería por 2 horas. La somnolencia le fue interrumpida cuando escucho la voz de una desconocida mujer de buena apariencia que le ofrecía amablemente unos bocadillos.
— La cafeína no me hace nada.... Ah.... Pero te las acepto por gratis.—
No le importaba que estuvieran hechas con veneno de plaga, sólo tenía una hambre insaciable que fue demostrada al devorar cada crujiente galleta con desespero.
Pareciera como si acabara de despertar, así que sin mucho pese a llegar a ser importuna le ofreció una galleta para que desayunara o comida algo. Y por si las dudas creía que podría tener algo extraño monstro comiendo una ella.
