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Nuestros personajes deciden refugiarse en una cafetería, luego de hallarse atrapados en medio de la lluvia durante una noche fresca.
 
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M1574661 · F
¡¿Q-qué?! ¡¿Y-yo, qué?! Mueve las manos sin control, hasta terminar por cubrirse el rostro. El corazón le late aprisa; ¿qué acaba de suceder? Ahora estaba igual de roja que una frutilla, y con el rostro ardiendo casi como el chocolate caliente.


¡Claro, claro! Una broma, ¡eso fue! Eres muy gracioso, Luka. Menciona entre risas cargadas de vergüenza. Por supuesto que ha imaginado besar a Luka, sin embargo, no vio venir el acto tan pronto y eso descarriló sus emociones de una.
LC1568182 · 18-21, M
Él se tomó su tiempo, incluso para fruncir ligeramente el entrecejo. Saboreó, masticó, y al final, su veredicto fue: un efusivo pulgar hacia arriba.

—Es delicioso, has hecho una buena elección, Marinette—dijo tras pasar el bocado—. ¿Quieres probarlo también?—Cuestionó, señalándose un poco del merengue que había quedado entre sus labios.


Sin embargo, de inmediato negó con ambas manos.

—Es broma, es broma, no tienes que hacerlo—añadió, apresurándose a tomar uno de los tenedores.
M1574661 · F
— ¡Es delicioso! — El deje infantil de Marinette desapareció con el gesto de Luka. Le dio el pastel, y esperó la reacción ante el sabor dulce.


— ¿Y? ¿Qué tal? ¿Sabe tan bien como se ve?
LC1568182 · 18-21, M
Sonrió complacido una vez que Marinette aceptó el bocado y sin poderlo evitar, su mano voló hasta el rostro femenino para acariciarle la mejilla.

—¿Está bueno?—Cuestionó rozándole con el pulgar.

Y, al verla imitar su acción, no hizo más que abrir la boca para recibir la porción del postre de fresa.
M1574661 · F
— ¡N-no! ¡No, no, no! ¡No como demasiado! ¡Y mi voraz no es tan hambre! Digo, ¡mi hambre no es tan voraz! Se cubre el rostro con una mano; oda a la exasperación, sin duda. Negó un par de veces. ¿Hasta cuándo dejaría de portarse así? Deseaba con gran desespero ser igual de segura que su alterego.

Entonces, el suave aroma del chocolate y los bocadillos aminoró la tensión. Marinette se hizo de un tenedor para probar la tarta de frutillas, pero al mirar a un costado, vio a Luka ofreciéndole del pastel de chocolate.

Poco acostumbrada a esas atenciones, sonrió notoriamente nerviosa. Pero, ipso facto, accedió a degustar. Sabía bastante bien. — ¡Es mi turno! — Con emoción emuló el hacer de Luka, solo que ella ofreció del pastel de fresa.
LC1568182 · 18-21, M
—No te preocupes, podemos compartir...—dijo entre risas—, pero si decides que tienes demasiada hambre, no tengo problema en ceder mi porción—sonrió para ella, y, tras esperar algunos minutos, el mesero regresó a su mesa con una pequeña charola en mano.

No demoró en colocar los tres platitos frente a ellos, y a un lado, dos tazas de espumosas bebidas.

Luka no resistió la tentación, y, después de tomar uno de los tenedores, trozó una porción del pastel de chocolate. Enseguida, acercó ese pequeño pedazo a los labios de Marinette.
M1574661 · F
— ¡¿Que qué?!! La cereza del pastel: un pensamiento errado. Creyó que por la fiereza de la lluvia y lo apresurado del camino el apetito de Luka era voraz y por eso pidió dos postres. No tuvo tiempo a una réplica; Luka ya efectuaba otro de los adorables gestos que coloraban los pómulos de Marinette en menos de tres segundos.


— Creí que... Negó. No tenía sentido expresar su especulación. — No estoy muy segura de eso pero, creo que si entre ambos comemos los pasteles, no habrá problema para acabarlos, ¿no crees? ¿Habría sonado muy atrevida? Tal vez debió pensar mejor en qué decir.
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Luka añadió la tarta y un par de tazas de chocolate caliente a la orden. Y una vez que el hombre tuvo el pedido completo, desapareció por el pasillo.

—¿Estás segura que comerás todo eso?—Cuestionó con una sonrisa, apretándole ligeramente la nariz.
M1574661 · F
Rápidamente viró los ojos directo a la carta. Las letras bailaron, merced a los nervios que la tienen presa, pero apenas pudo leer algo, optó por ordenarlo.

— ¡Quiero tarta de frutillas! ¡Una rebanada! ¡Eso! Pronto se encogió aún más de hombros. ¿Por qué le dieron el don de la torpeza? Rogaba en el interior por tener maestría en serenidad ante esas situaciones.
LC1568182 · 18-21, M
No pudo evitar reír ante la confusión en sus palabras, no obstante, trató de recobrar la compostura en cuanto vio al mesero arrugar la nariz.

—Bien. Será una rebanada de pastel de chocolate, una de pay de limón y...—Sus palabras quedaron en el aire para dejar a Marinette hablar.

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