Tras decir esto optó por una muestra absolutamente dispar respecto al contenido de sus palabras, volvió a sonreír como antes, como si la siguiente idea fuese la que realmente deseaba inculcar, sentía que no decía una novedad, por supuesto, mas la resignación implica que jamás hubo verdadera práctica.
— La otra opción es utilizarlo sin medida alguna —musitó sin miedo—. No estás sacrificando tu tiempo, pero si al resto, y quizá un poco de ti misma —se refería precisamente a desatar una catástrofe hasta que, de tanto realizarlo, simplemente aprender habiendo perdido más de un impedimento; algo completamente distinto a lo que antes mencionó, aunque con el mismo fin, quizá incluso más fiel a ese terrible destino que se ha presagiado.
Qué terrible fue la sonrisa que se dibujó en sus labios cuando mostró tanto entusiasmo por una idea tan precoz, al punto de ni siquiera estar definida. Ladeó su rostro a la vez que retrocedió un humilde paso, calma tuvo que traer a sí mismo para poder musitar acorde a lo que pretendía, por esto mismo cerró los ojos y un mudo suspiro dejó escapar, volvió a adquirir una expresión más acorde a lo que ella necesita, ternura fraternal mostró a quién sufre de la peor de las suertes.
— Sacrificar algo a cambio del control —en principio dijo asintiendo a sus palabras, esa sería su introducción—. Para manipular lo que sufres tienes que sacrificar tu tiempo para obtener una felicidad a muy largo plazo; alejarte de todos, aislarte en un sitio donde hagas el menor daño posible para lentamente intentar comprender que es lo qué posees —explicó vagamente para luego caer en la ambigüedad—, no hay disciplina precisa, pero el primer paso es someterte a tu propio rigor,
Un leve rubor cubrió sus pómulos al momento en que el chico le regaló aquella cálida caricia. Se podía notar, y fácilmente, que no estaba muy acostumbrada a recibir mimos ─ ¿De... verdad hay algo? ─ Sus ojos se abrieron más, conteniendo un brillo especial. Había probado muchas cosas para tratar de huir de su mala suerte, pero con el tiempo, había llegado a la conclusión de que era algo así como su "destino", y dejado de intentar. ─ ¡Sí! ¿Qué debo hacer?
Por un motivo inenarrable extendió aquél albino su diestra hacia ella encontrándose con las hebras que cubren su frente, una suerte de caricia se proyectó por medio de un movimiento perezoso, aunque extremadamente cálido al ser acompañado por una sonrisa peculiarmente sosegada—. Hay una cosa que puede vencer cualquier infortunio —dicho eso su mano alejó para guardarla en el bolsillo correspondiente de su pantalón, en simultaneo con su extremidad gemela—, el sacrificio es la clave de todo —su voz se fue transformando lentamente en un dulce susurro, su mirada esmeralda se entrecerró— ¿Quieres que te de una idea? —preguntó esperando captar el interés ajeno.
No existe esa posibilidad. En todo caso, podría no usar mi poder, aunque primero tendría que aprender a controlarlo y, aún así, mi persona en sí misma atrae la mala suerte. ─ Suspiró con suavidad, lo cierto es que su capacidad destructiva solo le había ocasionado problemas y frustración desde lo que recordaba. ─ Se me ha llegado a activar estornudando... y aún me pasa un poco. ─ Aquel abrazo con sus alas rompió, al abrirlas y alejarlas de aquel joven con cuidado y lentitud. ─ Puede sonar chistoso si lo digo así, pero gente inocente ha muerto por mi poder.
Parpadeó espantando pensamiento de antaño, las sombras de unas orgullosas alas lo arrastraron hasta el presente de manera tan abrupta que no pudo la incertidumbre disimular, aquella reacción no la esperó y eso dibujó en sus labios una sonrisa particular, muestra de su contento— ¿Y nunca has pensando la manera de no tener ese poder? —cercano estaban, él también contribuyó para acortar las distancias, ahora esos ojos consonantes con sus hebras puede apreciar— ¿Existe posibilidad acaso? Abandonar algo que muchos conceptualmente desean—no preguntó los detalles, no era importante lo que podía hacer sino lo que pensaba, lo que sentía.
Las malas experiencias no siempre fortalecen. . . no cuando son demasiadas. Ya llevo siglos siendo perseguida por la mala suerte. Es a causa del poder que porto. ━ Explicó de forma breve, percatándose de que la nostalgia atacó directa al chico, por lo que se acercó y extendió sus alas, las cuales crecieron de tamaño y se cerraron un poco a las espaldas del varón, como si le estuviese abrazando con ellas.
Asintió con absoluta tranquilidad, la calidez de la sonrisa ajena fue contagiosa, una expresión de similar naturaleza se asomó en los labios—. Siempre puedes hacer de tu desgracia algo que termine por alimentarte, hacerte más fuerte —desvió entonces sus ojos, suspiró recordando algo—, eso hace la diferencia.
[code]Eso. . .[/code] ━ La dragona se fijó más en su entorno, en el todo de este y no únicamente en su persona, lo que le sacó una sonrisa algo cálida ━ [code]Tienes razón. Incluso alguien como yo puede tener buena suerte alguna vez.[/code]
