Le estaba matando la ansiedad, ese cabello rebelde de Alibaba no se dejaba acomodar por él, así que estaba muy tentada a ayudarle,se quedó observándole fijo mientras se habían encontrado en uno de los pasillos del palacio en Sindria. - Eh...-
-¿p-pasa algo, Morgiana?- La penetrante mirada de la Fanallis lo tenia preocupado, de momento podia sentir lo que un conejo al ser observado por un lobo hambriento, miedo y un cosquilleo en las piernas que deseaban huir, pero, no era la manera de actuar con su prometida, quiza luego de unos meses de matrimonio.
